Velilla del Río Carrión

Los niños saharauis disfrutan en Velilla de una jornada de convivencia

Las familias disfrutaron de la comida que llevó cada una en las mesas y sillas instaladas en La Arboleda.

Varios niños en la piscina

La localidad norteña se ofrece nuevo como sede de la fiesta intercultural con las familias de acogida

JOSE CARLOS DIEZ / VELILLA

Velilla fue ayer la sede del encuentro intercultural entre el Sáhara y Palencia, organizado por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, con la colaboración del Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión, que aunaron esfuerzos para la celebración de esta cita anual.

Este verano, 25 familias palentinas de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui se han convertido en el hogar de jóvenes de los campamentos de refugiados de Tinduf, en el desierto argelino, a través del programa de acogida Vacaciones en paz. En la provincia hay otros 13 niños, acogidos a través de la Asociación Palentina con el Pueblo Saharaui. Un número superior al de hace dos años, cuando también se celebró este encuentro en la localidad minera y en el que eran 18 las familias implicadas en este programa.

Un intenso programa recibió a los niños en Velilla, el pueblo que acoge por cuarto año a Nasira, una niña saharaui que ha cambiado la vida de Eduardo y Anabel. La pareja que asegura que «Nasira es nuestra tercera hija», en referencia a que es una más en la familia en la que hay otros hijos.

Piscina y parque

Por la mañana, todos disfrutaron de la piscina, hasta la hora de comer, cuando se trasladaron a La Arboleda. En este espacio se había instalado un taller de té, en el se podía aprender cómo los saharauis preparan su bebida más típica, con la que reciben a sus invitados y de la que se ofrecen tres tazas. Así, el ritual, preparar el té, que consta de tres partes. En la primera se ofrece un té amargo, que, en este caso, representa la situación de desamparo que viven, y en general, el aspecto amargo de la vida. La segunda taza es un poco más dulce, y alude a que la vida merece la pena ser vivida, y la tercera es un té muy dulce, que simboliza que tras la vida espera la muerte más dulce. No obstante, en otras versiones, el primero es amargo como la vida, el segundo suave como la muerte y el tercero dulce como el amor.

En todo caso, el ritual requiere tiempo y y parsimonia. «En el Sahara las cosas se toman con calma, en la haima entras y te reciben, pero la conversación debe ser tranquila y siempre es amena», según indican los representantes de la asociación.

Comida compartida

En el paseo de La Arboleda se instalaron también mesas y sillas donde las familias compartieron la comida que cada uno había llevado, como se hace en el desierto. Ese fue el momento en el que todos los niños saharauis aprovecharon a reivindicar, junto a los representantes de la asociación la liberación del Sahara, al grito de ‘¡Sáhara Libre!’

Las familias de acogida, comentaron con los curiosos y visitantes la maravillosa experiencia que supone la acogida de estos niños. «A muchos les falta a veces hasta el calzado, y se les puede hacer felices durante dos meses», afirmaron.

Para terminar la jornada, de carácter festivo, pero también reivindicativo, los niños pudieron disfrutar de un paseo en piragua por el mismo recorrido en el que se celebra la Regata Internacional del Carrión. Todos los que quisieron pudieron disfrutar también con la peluquería Kepelos, además de juegos hinchables y talleres que organizó el establecimiento KeDeKe.

Las familias palentinas continúan demostrando su solidaridad con el pueblo saharaui, hasta el punto de que en los últimos años había más familias dispuestas a acoger a un niño saharaui que los que finalmente han podido venir.

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