Guardo

Unidos contra un enemigo común

Vecinos, empresarios y comerciantes de la zona de Guardo y Santibáñez, habituados a un trato cercano, se adaptan resignados a las dificultades del encierro forzoso

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

La pandemia no está siendo fácil para nadie, pero está sacando lo mejor de cada uno y la comarca de Guardo no es una excepción. Desde un primer momento y, a pesar de las contadas excepciones, los guardenses se quedaron en sus casas, cumpliendo con el decreto del Estado de Alarma y saliendo únicamente a comprar y a trabajar, a los desplazamientos esenciales. La enfermedad llegó a la zona a través de un viaje de vecinos del Imserso a Benidorm. Desde entonces, ha habido un goteo de casos creciente, si bien se mantiene entre las que menos incidencia registra en la provincia, lo que hace que sus habitantes se mantengan tranquilos a pesar del confinamiento y las medidas restrictivas.

Todo esto es lo que ha sacado lo mejor de los habitantes de la comarca. Algunos de ellos, poniendo a disposición del municipio sus tractores para desinfectar, otros su tiempo y ganas de ayudar para formar parte del programa de voluntariado del Ayuntamiento de Guardo; y otros no han dejado de ayudar a sus vecinos desde sus trabajos.

Tampoco ha faltado una felicitación de cumpleaños por parte de los voluntarios de Cruz Roja, los Bomberos, la Policía Local y miembros del equipo de gobierno del Ayuntamiento, que a diario recorren las calles para que no falte un recuerdo a todos aquellos que tienen que cumplir años encerrados en su domicilio.

Por el momento, todos los habitantes de la comarca continuarán cumpliendo con el lema que se ha hecho obligatorio. ‘Yo me quedo en casa’.

Marimar Fernández. Regenta una tienda de alimentación
«Seguimos al pie del cañón, sirviendo comida preparada a diario»

Marimar Fernández lleva toda una vida «dando de comer» a muchos guardenses con su servicio de comida preparada y con su tienda de alimentación, que entra dentro de las actividades esenciales decretadas por el Gobierno en el Estado de Alarma. «Nosotras seguimos al pie del cañón, cada día, sirviendo la comida a los clientes que atendíamos a diario, que bien no pueden o no saben prepararse la comida», explica esta empresaria de Guardo, que ha visto cómo «las compras diarias han disminuido, porque la gente va a comprar al supermercado todo de una sola vez, no viene a por la barra de pan o a por un producto, como antes», explica. Además, esta empresaria, mantiene en la localidad, además del suyo, otros dos puestos de trabajo y no se ha planteado ningún tipo de despido ni ERTE. «Nuria y Camino son las dos imprescindibles para tirar en el día a día y hay que salir como se pueda de esto, pero no perjudicando a la gente», asegura. Lo que más lamenta Marimar de toda esta crisis es no poder estar disfrutando de su nieta, que tiene apenas dos meses y el hecho de ver a sus vecinos padeciendo esta situación sociosanitaria tan difícil.

Desirée. Villacorta Regenta un supermercado
«Llevamos la compra a las personas mayores para darles facilidades»

Desirée Villacorta sigue atendiendo a sus vecinos desde su establecimiento, el ‘súper’ Desirée de Santibáñez de la Peña, una localidad privilegiada donde «no tenemos ni un solo caso», asegura. Desde su atención diaria a los vecinos ve como muchos hacen compras «algo más grandes» para salir menos veces de casa, pero tampoco ha detectado que se hayan llegado a producir las imágenes de desabastecimiento que se han visto en los supermercados de las capitales de provincia. «El suministro de mercancías ha funcionado bien y, aunque hemos visto un repunte de compras de ciertos productos no perecederos, no nos hemos quedado en ningún momento sin productos», asegura. Lo que también ha notado esta tendera de Santibáñez es un incremento del reparto a domicilio. «Estamos llevando la compra a casa a las personas mayores para darles facilidades. No vamos a dejar que nadie se quede sin su compra», asegura mientras explica cómo la gente se ha reinventado. «Nos envían la lista de la compra por Whatsapp o teléfono y le dejamos las bolsas en la puerta de casa», asegura.

Juan Antonio Lozano y Luis Ángel Villamediana. Policías
«El pueblo está entregado a los que trabajan para que esto acabe pronto»

Son los dos únicos policías locales que hay ahora mismo en activo en Guardo y eso hace que su trabajo se haya visto multiplicado con la llegada del coronavirus. «Estamos haciendo una labor didáctica, explicando a la gente qué es lo que puede hacer y qué es lo que no puede hacer durante la vigencia del estado de alarma», explican estos policías, que han mostrado su felicidad por el alto grado de cumplimiento de la población guárdense. «No nos hemos encontrado con mayores problemas entre los guardenses, la inmensa mayoría de los vecinos está respetando las limitaciones y se está comportando de forma ejemplar», afirman. Entre otras labores, en las últimas jornadas, también acuden a felicitar los cumpleaños a los vecinos que tienen que celebrarlo encerrados en sus casas, además de hacer sonar las sirenas cada día a las 20:00 horas. «En 35 años que llevo trabajando de policía local en Guardo jamás había sentido algo tan especial como lo estoy sintiendo en estos días. El pueblo entregado a los sanitarios, a la policía, Guardia Civil, Cruz Roja, voluntarios y a decenas de personas que están haciendo todo lo posible por acabar cuanto antes con esta pandemia», apunta Luis Ángel.

Pablo Abad. Bombero voluntario
«Salimos a felicitar los cumpleaños y a animar a los sanitarios»

El día anterior a decretarse el Estado de Alarma, Pablo Abad se encontraba en uno de los lugares que más le gustan: la Montaña Palentina, más concretamente en la cima de Peña Lampa. «Estaba tomándome un respiro después de haberme presentado a un examen de una oposición, antes de ponerme a seguir estudiando, cuando se decretó el confinamiento», explica este joven velillense que tiene que aprovechar las nuevas tecnologías para comunicarse con sus amigos y conocidos por videoconferencia. «No tengo un confinamiento de los más duros, porque estoy en los bomberos voluntarios de Guardo y estamos saliendo todos los días a felicitar los cumpleaños, a animar a los sanitarios y a levantar el ánimo de los guardenses», asegura. A pesar de lo duro del confinamiento y de las cifras tan extremas y horribles de la pandemia «la cercanía con los vecinos y los compañeros hace que esto se pase de una forma diferente». Lo que tiene muy claro es lo que va a hacer una vez que termine este encierro y esta situación de alarma: «volver a la montaña, eso seguro, tendré que decidir a qué pico», afirma.

Rebeca Báscones. Directora de clínica médica
«Hemos creado servicios como el reparto de medicamentos a domicilio»

La Clínica Rebeca Báscones de Guardo se ha visto afectada por la obligación de abrir como centro sanitario, pero con la desventaja de la disminución de servicios que puede prestar y de la gente que puede acudir, lo que está lastrando su actividad. «Abrimos menos de lo habitual y hemos tenido que llegar a acuerdos con todos nuestros trabajadores para mantener la actividad y el empleo de la mejor manera posible», explica la gerente. «Estamos atendiendo las consultas de medicina general y de las especialidades que se puede por teléfono y videollamada, pero también estamos ofreciendo a nuestros clientes otros servicios como llevar los medicamentos a domicilio», un servicio que está funcionando muy bien y que los pacientes agradecen. Además, esta clínica ha propuesto realizar test de coronavirus, a lo que aún están esperando respuesta por parte de Sanidad, lo que se demuestra, una vez más, el espíritu emprendedor de la comarca.

fbt

Mónica Calderón. Asociación de Empresarios
«Estamos trabajando en iniciativas para favorecer el comercio local»

Vocación es la palabra que define a Mónica Calderón, enfermera en el Hospital Universitario de León, donde está luchando cara a cara contra el coronavirus. Al principio de la crisis sanitaria fue la impulsora de una iniciativa para que, en el Ayuntamiento de Guardo se recogiese material para su centro de trabajo. Finalmente la Delegación de la Junta ordenó la entrega de todo el material en Palencia. «En un primer momento te frustra, pero rápidamente entendí que hay lugares en una situación mucho peor a la que se vive en León », explica. Ahora mismo, se encuentra viviendo en el hotel San Antonio Abad de León, que se ha habilitado para los sanitarios, con el fin de evitar viajar hasta Guardo. En su faceta de presidenta de la Asociación de Empresarios de Guardo (AEP) asegura que «es una crisis muy profunda, por lo que estamos trabajando en iniciativas para favorecer el comercio local. Confiamos en los guardenses y en la comarca», asegura.

Eduardo Ibáñez. Gerente de una empresa de espectáculos
«Las ferias que teníamos contratadas se han aplazado o suspendido»

Gerente de la empresa Kedeke Espectáculos, Eduardo Ibáñez, ha visto cómo en cuestión de días, todos los eventos, ferias y fiestas que tenía comprometidas se han ido anulando una detrás de otra. «Todas las ferias que teníamos para primavera de caza y pesca y todas las carreras de obstáculos se han suspendido o aplazado», asegura. «La gente que tenemos contratada la estamos intentando mantener, pero todos los eventuales que se contratan para cada evento, no van a ser contratados», explica. A nivel personal, Eduardo está aprovechando a pasar el mayor tiempo posible con sus hijas y su mujer. Aunque su mayor preocupación actualmente es su mujer. «Anabel es enfermera en Aguilar y ahora mismo nuestra mayor preocupación es que ella no se contagie, mientras que la suya es no contagiarnos», asegura. «En el momento que llega, es un ritual. Hasta que no ejecuta todas las medidas de higiene, no la vemos», explica.

Marta de Prado. Directora del centro infantil Apeninos
«Cerrar rompía la rutina de los niños, pero era lo que teníamos que hacer»

La directora del Centro de Educación Infantil Apeninos de Guardo, Marta de Prado, tuvo que clausurar el centro el pasado 13 de marzo, tras la orden de la Junta de Castilla y León. «Para nosotros fue muy triste, porque vemos en el día a día a los niños y sabíamos que era romper completamente su rutina, pero era lo que teníamos que hacer», asegura Marta, que ha seguido, junto a los técnicos de la guardería, atendiendo a todos los padres que han tenido alguna duda del día a día de los cuidados en el centro. «Son momentos muy complicados», reconoce.

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