«Los bolillos pueden ser una terapia para la gente nerviosa»

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

La afición por el encaje de bolillos está, sin duda, en alza, y se demuestra porque esta manualidad cuenta cada vez con más adeptos, al menos, en el norte palentino, más concretamente en Guardo y Santibáñez de la Peña, donde Margarita Rodríguez es la profesora de encaje.

-¿Dónde aprendió a hacer encaje?

-Aprendí lo básico en Mieres (Asturias), aunque a esto se aprende día a día, incluso cuando estás dando clase.

-¿Cómo surgió la idea de hacer un encuentro de encajeras?

-Llevo ya 15 años dando clase tanto en Santibáñez como en Guardo, y como en otros sitios lo hacían, me pareció que podría ser una buena idea. Entonces, propusimos hacer este encuentro, que se celebra todos los años alternativamente entre Guardo y Aguilar de Campoo, un año en cada pueblo. Normalmente solemos ser unas 200 personas las que nos reunimos, así que no está nada mal.

-¿No pone nervioso tener tanto bolillo, alfileres…?

-Cuando haces bolillos, te olvidas de todo, porque te centras mucho en la labor. Muchas veces, incluso los médicos llegan a mandar los bolillos como terapia, porque viene muy bien para la movilidad de los dedos, además de que te olvidas de disgustos y problemas.

-¿Es difícil aprender?

-Se empieza poco a poco, como en todo. Primero se hacen dibujos muy pequeños, con pocos bolillos y luego se van combinando los dibujos sencillos. Hay gente afectada de nervios que lo utiliza como terapia y, aunque los mayores no tienen la misma facilidad de aprendizaje que un joven, lo aprenden muy rápido, porque tienen mucho interés.

-¿Hay alguna técnica especial?

-Las cartulinas hablan. Cuando se entiende el dibujo es como coser, que se hace a cierraojos.

-¿Dónde se puede aprender?

-En Guardo, los lunes y viernes; y en Santibáñez,, los martes y los jueves.