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Sonrisas en Villamuriel, lágrimas en Guardo

El municipio norteño sufre con un nuevo cierre que aumentará sus pérdidas económicas

Javier Fernández Villacorta
Bar Venecia

El cierre lo veo muy mal, a pesar de tener terraza. Estamos en un sitio que no hace para terrazas. Y eso que yo no me puedo quejar mucho porque tengo bastante espacio para mesas, pero no acompaña el tiempo. Hemos estado semanas a poco grados bajo cero tomando y sirviendo cafés.

Respecto a la resistencia asegura que «no podría aguantar mucho más, porque los pagos llegan igual y hemos perdido más de un 60% con respecto a otros años. Aguantamos como podemos», explica.

También dice este hostelero que, «aunque la gente tiene miedo a los interiores, entran por la temperatura, porque no sé puede estar en la calle».

Sobre la gente asegura que «sabe las normas y cumple, incluyendo la hora de cierre, no hace falta decir nada, la gente de levanta sola».

El verano no lo ve. «Este cierre lo veía desde hace diez días y volverá a pasar. La hostelería no tiene la culpa. No conozco a ningún camarero infectado. El hospital es mucho peor que un bar, allí no se respetan las medidas ni se limpia como en un bar», sentencia.

Úrsula Fernández
Bar la Ruta

Muy mal, es injusto que nos acusen de los contagios cuando se sabe que es de reuniones familiares y de gente inconsciente.

«Las pérdidas son tremendas. Muchas familias no tenemos más ingresos que estos y nadie se da cuenta de que no queremos ayudas, no queremos más que trabajar», explica mientras se le desliza una lágrima por la cara.

«No puedo decir pérdidas, pero Hacienda sigue cobrando. Seguimos pagando todos los gastos, incluida la SGAE. No tenemos ahorros, estamos pidiendo créditos ICO», explica mientras recuerda que «nosotros limpiamos, desinfectamos y cumplimos todas las normas, mientras en otro tipo de lugares no se hace nada de esto», crítica.

Respecto a sus compañeros explica «muchos no tienen terraza, yo tengo suerte que puedo sacar alguna mesa» y crítica a los políticos porque, asegura «los dirigentes viven en otra dimensión, porque cobran a fin de mes».

El verano lo ve mal, «es inaguantable. Los ingresos son de un 20-30% y los gastos de un 100. Si esto sigue así cerraremos más de la mitad», augura.

Por último, asegura que»me da miedo que cuando acabe el estado de alarmas le den el poder a las autonomías, porque visto lo que hacen en la nuestra…».

Noelia Marcos Luis
Bar Arlequín

«Estamos hartos, es una impotencia tremenda. Además es injusto que las poblaciones aledañas estén abiertas y nosotros cerrados», crítica mientras recuerda, como sus compañeros que «estamos todo el día desinfectando, mientras que vas al médico y allí no desinfectan las sillas entre pacientes, como sí hacemos nosotros entre clientes».

Está empresaria asegura que «es el último cierre que puedo aguantar» y cuantifica en más de 6.000 euros las pérdidas derivadas de los cierres. «Somos un negocio familiar y eso nos ha permitido seguir abiertos, pero hay días que no ganas ni para el género», asegura.

Predice un «verano catastrófico porque no sé va a solucionar. Dentro de mi bar, lo hacemos muy buen comparado con el resto de sitios. Nadie se ha contagiado en el bar, ventilamos, limpiamos y cumplimos las normas», asegura en clara referencia a otros lugares públicos.

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