Guardo

Guerra fría por la Alcaldía de Guardo

La tensión en el Ayuntamiento, palpable desde la constitución de la nueva corporación, se ha agudizado en las últimas semanas, tras la moción de censura que arrebató el bastón de mando a la socialista Gemma Sanfélix

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

El 15 de junio de 2019, Guardo aupaba a la alcaldía a Gemma Sanfélix. No había sido el PSOE, la fuerza que encabezaba, la más votada en las elecciones municipales recién celebradas, pero había conseguido unir sus cuatro concejales a los dos de Ciudadanos y al único edil de Podemos para conseguir los siete que le dieran una mayoría absoluta con la que conseguir el bastón de mando.

Ese día, todo parecía estar bien engranado y muy claro. Parecía que, aunque fuera a ser difícil, Guardo contaría con una alcaldesa al frente de su ayuntamiento durante los próximos cuatro años.

Los doce años anteriores de Juan Jesús Blanco al frente del Ayuntamiento parecían ni gustarle a ninguna de las fuerzas en el poder y, finalmente, se gestó un tripartito que, aunque se auguraba de difícil gestión, enfrentó el reto.

En un primer lugar llegaron los nombramientos y el organigrama municipal. En ese pleno, en el que se dio cuenta de las resoluciones de alcaldía, todos los concejales del equipo de gobierno contaban con alguna delegación. El portavoz de Ciudadanos, José Carlos Narganes, se alzaría con la tenencia de alcaldía y la concejalía de más peso, la de urbanismo, mientras su compañera María Llorente, llevaría Turismo y Ferias. Por su parte, Ricardo López, de Podemos, se quedaba con Sanidad, Mujer e Igualdad.

Las tensiones entre oposición y gobierno eran evidentes en los plenos. Las personas afines a cada ideología parecían convertir las redes sociales en un partido de tenis, en el que las acusaciones pasaban de un lado a otro de la red, como si de una pelota se tratase.

Llegó entonces la pandemia del coronavirus. Guardo no fue una de las localidades más afectadas y, de hecho, la zona básica de salud, se mantuvo en unos niveles aceptables de contagios. Aun así, la población estuvo confinada en sus domicilios como el resto del país y surgiría de nuevo la polémica y las acusaciones por la iniciativa del equipo de gobierno de felicitar los cumpleaños con música en las casas de los vecinos. Se criticó que la alcaldesa y algún concejal del equipo bailasen en las calles mientras los ciudadanos se mantenían en sus domicilios. Esa, según Narganes, fue otra de las gotas que hizo que el vaso se colmase para que se planteara participar en la moción de censura.

Durante el estado de alarma saltó la noticia. En Guardo se gestaba una moción de censura. PP y Ciudadanos se aliaban para arrebatar la alcaldía al PSOE. En ese momento, las acusaciones desde el PSOE no se hicieron esperar: intereses ocultos por parte del PP y falta de lealtad por parte de Ciudadanos.

El 1 de junio, los portavoces de ambas formaciones acudían al registro del Ayuntamiento a presentar, junto al resto de los corporativos de ambos grupos, la moción de censura conjunta. Era complicado que cualquier cosa se torciera. La alcaldía estaba asegurado.

Con ese escrito, el pleno se convocaría de forma automática a las 12:00 horas del décimo día hábil tras la presentación: el 15 de junio de 2020. Una fecha que, sin duda, era especial, pues se cumplía justo un año de la elección de Sanfélix como alcaldesa.

Las restricciones de aforo hicieron que muchos ciudadanos no pudieran acceder al salón de plenos, pero sí que se concentraron a las puertas del Ayuntamiento para mostrar su apoyo a los respectivos partidos.

Desde entonces la polémica y la tensión no han disminuido en Guardo. De hecho, parece que la confrontación es la nueva pandemia de la Montaña Palentina, ya que en recientes fechas, el PP también ha presentado una moción de censura en la vecina Velilla del Río Carrión, aunque la convocatoria está en los Juzgados.

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