Guardo

Guardo cierra el ejercicio de 2019 con números rojos

La alcaldesa Gemma Sanfélix lamenta que el pasado año comenzó con un presupuesto prorrogado sin actualizar hasta las elecciones

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

El Ayuntamiento de Guardo ha cerrado el ejercicio presupuestario de 2019 y lo ha hecho con un comunicado en el que se han lamentado por lo que no han podido realizar debido a la situación con la que, según explican, se encontraron a su llegada tras las elecciones.

“Somos herederos. De una gran labor por desarrollar por todos los guardenses con mucha ilusión y todos los proyectos e ideas imaginables para mejorar la vida de nuestras vecinas y vecinos. Porque de dinero, nada más que deudas”, así comienza el duro comunicado firmado por la alcaldesa de la localidad, Gemma Sanfélix.

Aluden en su comunicado a la dificultad de conjugar en un ejercicio presupuestario las pretensiones de dos corporaciones “solo podía terminar su ejercicio presupuestario en números rojos, para bien y para mal de todos sus vecinos afectados” y explican que se trata de dos corporaciones “una saliente con afán de exprimir un presupuesto en la mitad del ejercicio frente a una Corporación Entrante que se encuentra unas arcas bien mermadas al tomar posesión”.

Explica en el comunicado la alcaldesa que el 2019 comenzó con un presupuesto prorrogado que no se actualizó hasta las elecciones “Durante los últimos meses de gobierno del equipo Popular empezaron a acometerse obras de gran vistosidad, y gran coste económico no contemplado en el presupuesto, para mayor gloria de última hora de sus regidores (Río Ebro, San Miguel …) que además se sustentaban en un número de empleados temporales como hacía años que no tenía esta localidad (salarios medio subvencionados pero con costes añadidos que tampoco estaban contenidos en presupuestos)” comienza relatando Sanfélix, que continúa “además había prisa por ocupar el nuevo edificio de oficinas municipales y auditorio, que había sido un pozo sin fin de la inversión municipal de los últimos años (fondos destinados a la recuperación de una zona geográfica que pierde sus sectores productivos principales a toda velocidad sin tiempo de reacción, y se dedica a contemplar como crece su faraónica construcción cual si fuese el ave fénix desde las cenizas y el polvo del carbón). Y tanta prisa que hay, que se le dedican remanentes de tesorería e inversión financieramente sostenible (lenguaje perverso e incomprensible para la gran mayoría) hasta alcanzar una cifra tan considerable y asfixiante para el ejercicio presupuestario que supera el millón y medio de euros en el inmueble. Y se ocupa el nuevo y flamante ayuntamiento (se ‘ocupa’ porque para poder ser inaugurado debería estar completamente terminado, amueblado y en servicio; y a día de hoy aún no lo está)”, acusa la alcaldesa.

Facturas sin pagar

Explica Sanfélix que, tras las elecciones y el cambio de gobierno municipal “empezaron a fluir facturas sin pagar (y sin poder pagar por falta de consignación presupuestaria, que se habían asumido sin estar proyectados su destino y mucho menos su origen) y gastos derivados de tener dos edificios municipales (viejo y nuevo ayuntamiento) con sus gastos fijos, el mencionado aumento de gastos de personal (que tampoco contaban con respaldo en el presupuesto). Y el presupuesto aflojando por carecer de incrementos previstos en los impuestos de dos años antes en cuanto a bienes inmuebles, aprovechamientos madereros o ventas de parcelas por poner algunos ejemplos” algo que califica de “un despropósito con difícil encaje de números y apuntes contables que no puede terminar de otra manera que con un plan económico financiero que contemple su necesario saneamiento (que no consiste con tener dinero ahorrado en cuentas bancarias por haber dejado de gastarlo e invertirlo en los presupuestos donde estaba destinado, ya que, aunque sea difícil de entender, pasan a ser fondos ‘intocables’ por la legislación de las administraciones públicas en vigor). El fin de 2019 queda deslucido por terminar con números negativos en las cuentas municipales”, argumenta.

Ahora su gestión, sin que el ánimo decaiga, como expresa en el comunicado, pasa por “elaborar un presupuesto ajustado, con datos reales, invirtiendo donde decidamos que es prioridad. Y si nos respaldan los anteriores regidores, bienvenidos sean. Si les preocupan los mismos problemas que a nosotros vamos a sentarnos a encontrar soluciones. Y si tenemos mermado el volumen de ingresos entonces, nunca, bajo ningún concepto, se puede alcanzar un máximo de gastos como se había alcanzado justo a la llegada de la fecha electoral” critica.

Por último, Sanfélix argumenta que “es generalizado el afán de llamar la atención de los habitantes con gestos bien visibles que, aunque repetidos cada cuatro años y por más sonrojo que produzcan, no dejan de sucederse legislatura tras legislatura, donde quiera que suceda” y concluye pidiendo que no vuelva a suceder.

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