Guardo

«Ahora es cuando se dan cuenta de que aquí se vive mejor»

Miguel Ángel y Ángela seguirán al frente de su ortopedia y su clínica podológica en Guardo y han decidido que no es el mejor momento para viajar a Torrevieja, en Alicante

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Llegó de Madrid hace catorce años junto a su mujer Ángela y a su hijo Pablo y emprendió la aventura de montar la Ortopedia y Clínica Podológica Guardo casi a punto de que estallara la crisis económica de 2008. Ahora, reviven aquellos momentos duros, pero con una diferencia, la confianza que la comarca les ha otorgado.

Miguel Ángel cree que será «un verano intenso en cuestión de trabajo y respecto a la gente que va a venir a pasar el verano al pueblo», explica mientras reflexiona sobre cómo le ha cambiado la vida la vivencia de la pandemia. «He aprendido a valorar mucho más las cosas, a pesar de que las valoraba bastante», asegura.

Un cambio de hábitos que se refleja este verano. Abrirán la clínica, como todos los años, con la expectativa de recuperar los dos meses y medio sin ingresos. «Hemos estado dos meses y pico a cero y necesitamos recuperar ese tiempo cuanto antes», dice. «No solemos cerrar en verano, porque los visitantes se incrementan y el negocio es bueno gracias también a los veraneantes. Solemos cerrar en septiembre», piensa en voz alta y añade que este año «no sé si nos podremos ir, tanto por la parte económica como por la propia pandemia».

La familia acostumbra a acudir a Torrevieja a pasar unos días en septiembre, un destino que compaginan ocasionalmente con Galicia y Portugal. «No solemos salir de la península, porque quince días no te dan para mucho» comenta. Han descartado moverse, de momento, porque «aunque en Torrevieja tenemos la casa de mis padres, no deja de haber peligro y que te den hora para ir a la playa no motiva demasiado a cruzarse todo el país para no saber cuánto tiempo podrás disfrutar», argumenta.

Tanto Miguel Ángel como Ángela son autónomos. Él gestiona la ortopedia, mientras ella regenta la clínica podológica. Ambos, al estar englobados en el sector sanitario, fueron declarados como servicios esenciales durante el estado de alarma por lo que «aunque no podíamos abrir, porque la gente tampoco venía, estábamos abiertos para urgencias», explica Miguel Ángel, que junto a su mujer, finalmente, tuvo que llevar a cabo un cese de actividad «porque no podíamos acogernos a ninguna de las causas de fuerza mayor y no existía negocio alguno. La gente no quería venir. Como es normal», razona.

La falta de escolarización de Pablo, el hijo de ambos, también se ha notado en el día a día. «Pablo se ha tirado casi cincuenta días sin salir de casa y, tras unos días de adaptación, les han tenido haciendo de todo», narra su padre, que asegura que el encierro pasa factura. «Vivimos en un piso sin balcón ni terraza», resalta de vivienda en la que llevan tres años, tras mudarse a Guardo desde la vecina localidad de Mantinos.

Otra forma de vida

Miguel Ángel teme un rebrote, «no por falta de medios, si no por falta de actitud de las personas. Llevamos la mascarilla como la llevamos, como si no hubiera pasado nada, sobre todo gente que no le ha tocado de cerca» y recuerda cómo vivió los primeros días, en los que se cancelaron las consultas «y veías la clínica vacía, sin consultas de ningún tipo».

Sobre su vida en Madrid asegura que estaba harto y llegó a Guardo en busca de una vida nueva. «Estamos contentos. Los primeros años fueron difíciles, pero nos hemos ganado la confianza de la gente, damos lo mejor de nosotros y el mejor servicio que podemos. Estamos instalados, tenemos un nivel de negocio aceptable, para pagar y vivir, tenemos amigos y tenemos teatro. Allí no podríamos hacer lo que hacemos aquí. Las distancias allí son pequeñas, pero eternas», bromea.

Respecto a cómo han vivido la pandemia, asegura que, en Guardo «ha sido diferente, en Madrid ha sido horroroso. Aunque aquí hayamos tenido restricciones, siempre es diferente un pueblo que una ciudad». Ahora se están dando cuenta los de las ciudades: «aquí se come, se vive y se respira mejor».

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