Guardo

«Esta sociedad se ha cortado las alas»

Pablo Carbonell, con la bruja avería, el lunes en Guardo

Pablo Carbonell Cantante y autor

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Cantante, actor y humorista, Pablo Carbonell (Cadiz, 1962), participó en el programa La bola de Cristal en los años ochenta. Posteriormente, formó el grupo de música Los Toreros Muertos, que funcionó en 1992, con canciones tan conocidas como «Mi agüita amarilla». Después de esta época, comenzó a colaborar en programas de televisión como el popular «Caiga quien caiga», en el que hacia de reportero callejero. Tambien compaginó estas tareas con otras como actor. El lunes estuvo en Guardo como invitado de AMGu.

¿Cómo se siente en Guardo?

Bien, parece ser que ya he estado aquí antes. En general acostumbro a sentirme a gusto en casi todos los sitios a los que voy y, además, viniendo para aquí he coincidido con el candidato del Partido Popular por Palencia, el Ministro de Cultura, que gentilmente se ha sentado a mi lado en el viaje para conversar conmigo.

¿Aprovechó para pedirle algo?

No. Afortunadamente soy una persona autosuficiente, así que no tengo ninguna necesidad de echar mano del Ministerio.

¿El espectáculo de «La bola de cristal» rememora tiempos antiguos?

Antiguos o futuros. Los ochenta volverán en el 2080. Siempre pienso que evolucionaremos hacia las libertades que disfrutamos en los años 80. Creo que hemos sufrido una regresión importante. Eramos muchísimo más libres en los 80 que ahora. La gente ha decidido cortarse y apacatarse, una palabra nueva, que viene de pacato. Esta sociedad propiamente se ha cortado las alas

¿Cómo recuerda “La Bola de Cristal”?

Lo recuerdo con mucho cariño. Fue un programa que tuvo la osadía o el atrevimiento de abrir las puertas a la calle y, de hecho, Pedro Reyes y yo veníamos prácticamente de la calle. Incluso grabando La Bola de Cristal nos pagaban tan poco que seguíamos haciendo teatro de calle. Ese fue el éxito de ese programa. La moda, la música y el ambiente de la calle se trasladó a los platós de Televisión Española para estupefacción del funcionariado habitual.

Ha trabajado en teatro, televisión, como humorista… ¿con qué momentos se quedaría de su carrera?

Tengo bastantes momentos felices. Los Toreros Muertos me dan muchas satisfacciones, «Caiga quien caiga»… En general todo lo que he hecho lo he disfrutado mucho. Ha sido más agotador de lo que la gente, a priori presupone, porque hasta los niños se cansan de jugar, pero no me arrepiento de nada y tengo la esperanza de que lo mejor que haga, está por venir.

Está siendo crítico, pero CQC era crítico de verdad…

Bueno, mis balas eran de goma y las respuestas que yo esperaba de los políticos cuando les soltaba mis chorradas eran una carcajada. Creo que la gente lo miraba con unos ojos que lo encontraban irreverente en las formas, no era habitual el periodismo de asalto y era lo que le daba la gracia. Vivíamos una época relativamente feliz, había prosperidad o eso creíamos, pero tan crítico no era. Un CQC ahora sí que tendría que ser crítico. Ese espacio crítico lo ocupa actualmente el intermedio y Jordi Évole. Si eso no existiese la sociedad estaría desamparada.

¿Hay algún momento que borraría de su popularidad?

Borraría cada momento en el que la gente me llama famoso. Soy un trabajador del mundo del espectáculo y famoso es el hijo de alguien o el que se acuesta por otra persona y se hace famoso por eso, yo soy un currante. Borraría toda la gente que me llama famoso.

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