Comarca

La centenaria de Villaoliva de la Peña fallece a los 110 años

Claudia Martín, en su último cumpleaños, en octubre

La mujer, que vivía en su casa cuidada por una hija, recibió varios homenajes en sus últimos cumpleaños, como una calle con su nombre

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

El corazón de Claudia Martín se apagó este martes, pasadas las cinco y media de la tarde, casi en brazos de su hija Primitiva. Tenía 110 años, los había cumplido el pasado mes de octubre –con la inauguración de una calle con su nombre en su pueblo–. Han sido un siglo y una década que le han hecho ostentar el título de supercentenaria, al menos en los datos registrados por las instituciones –aunque ayer fue enterrada otra mujer centenaria de 111 años en Palencia–.

La vida de Claudia Martín le sirvió para tener miles de anécdotas, pero sobre todo para marcharse de este mundo con el cariño de sus familiares y amigos.

Eran las cinco y media de la tarde cuando, después de merendar, Claudia le pidió a su hija Tiva que le acostase. Sin dudarlo, Tiva preparó a su madre para que se acostase y pudiera descansar «y se quedó nada más acostarse en la cama, con una paz total», explicaba ayer su hija, que durante las últimas décadas ha cuidado de su madre.

Hasta el último día, Claudia ha tomado su chocolate Valor por la mañana con un bizcocho, algo que no perdonaba. Una costumbre que se unía a la de no coger catarros, una fortaleza que le ha permitido, entre otras cosas, jugar hasta el último día a la brisca con las personas que se acercaban hasta su casa para verla.

Nacida en Viduerna, Claudia se trasladó muy pronto a Villaoliva después de que su madre recibiese una oferta de su madrina. «Todo lo mío será para ti si te vienes a vivir a Villaoliva», fue la oferta que hizo que Claudia fuese con 9 años a Villaoliva de la mano de su madre.

Toda una vida dedicada al campo, como todos los miembros de la familia. Además, cuidaba a los animales y se hacía cargo de su familia, un trabajo que a cada embarazo se veía multiplicado. Porque tuvo diez embarazos, de los que sobrevivieron cinco hijos.

Su hija Primitiva, franciscana misionera de María, se encontraba en África en misiones cuando le avisaron del mal estado en que se encontraba su padre. Después de celebrarse el Concilio Vaticano II, se permitió que pudiera volver a España para cuidar de sus padres, continuando en la orden. Yasí Tiva se quedó cuidando a su madre hasta el fin de sus días.

Ahora a Tiva le esperan unos días muy duros, en los que deberá asumir el vacío que deja su madre, aunque ambas decían estar preparadas para cuando este momento llegase. Por su parte, después de unos días en Villaoliva, Tiva volverá a su convento para continuar con la vida que dejó por estar al lado de su madre hasta el último minuto.

Ayer Villaoliva de la Peña rindió un emotivo adiós a Claudia. En el funeral no faltaron los recuerdos de una persona que ha sido muy querida por sus vecinos y de la que jamás nadie ha dicho nada malo. Un recuerdo que siempre quedará presente en la comarca y muy especialmente en Villaoliva, donde el pueblo le dedicó un jardín, una placa, un castaño y, con motivo del último cumpleaños, una calle, la calle Claudia Martín García, que termina en la iglesia de Villaoliva.

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