250 corredores despiden el año en las calles de Guardo
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
El Club Deportivo Correcaminos de Guardo despidió el año corriendo, con más de 250 inscritos en su XI edición de la tradicional carrera de San Silvestre en la que ni el frío ni la lluvia pudieron con los más deportistas ni con los más animados, que animaron la carrera con sus disfraces.
A las 16:15 horas comenzaban a correr los más pequeños, los niños de 0 a 5 años, que hicieron un recorrido de 100 metros por la misma calle de la salida y que fueron los que más sonrisas despertaron entre el numeroso público asistente. Cuarto de hora después hacían su salida los niños de 6 a 11 años, que dieron una vuelta completa a la manzana, recorriendo 500 metros a una gran velocidad, haciendo valer su espíritu competitivo y sus ganas de concluir la carrera.
Con ese mismo espíritu corrieron los jóvenes más mayores, los que aún no pertenecen a la categoría élite y cuyas edades se encuentran entre 11 y 16 años, que hicieron el mismo recorrido que los anteriores, pero en dos vueltas, con lo que recorrieron un total de 1.000 metros.
Finalmente llegó el turno de la categoría élite y veteranos, en la que entraron desde aquellos que querían lograr la primera posición y que se habían preparado para ello, como los que sólo participaban por pasarlo bien y dar ambiente a una carrera cada vez más multitudinaria. En esta categoría serían 5.200 los metros que los participantes tendrían que recorrer en un circuito que discurría por las principales calles de la localidad y que el ganador, Mario García Villacorta, logró dejar atrás en un tiempo de 0:18:02. El segundo de la general fue Ignacio del Río, que quedó primero de la categoría de veteranos, con un tiempo de 0:18:13. David Rueda Reguera entró dos segundos más tarde logrando una merecida tercera posición.
La primera mujer en pasar por meta fue Isabén Villán, con un tiempo de 0:23:18, seguida por Sandra González, que logró entrar diez segundos más tarde y Marta González, que consiguió terminar en 0:23:55. Durante el recorrido, muchos fueron los participantes que fueron disfrazados, acompañados de sus mascotas o que, incluso, intentaban hacer reír al público entrando en meta poco después de haber dado la salida, tras haberse escondido entre el numeroso público.
