Guardo

Ana Belén Llavador: «Es más fácil que conozcan tu negocio gracias a las redes sociales»

La pregonera de las Fiestas de Guardo repasa los buenos recuerdos que le evocan los festejos de San Antonio

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Ana Belén Llavador Martín nació en Talavera de la Reina (Toledo) el 29 de abril de 1971. Esto sólo fue debido a que sus padres, por motivos laborales, tuvieron que desplazarse a la ciudad manchega durante un par de años, lo que hace que la pregonera de este año, se sienta guardense «de siempre».

–¿Cómo ha recibido este reconocimiento como pregonera?

–La verdad que con mucha ilusión y mucha sorpresa. No me lo esperaba ni muchísimo menos, por lo que ha sido algo emocionante en lo que pondré todo mi empeño para que a la gente le guste y pueda aportar algo a la sociedad guardense.

–¿Sobre qué va a versar su pregón?

–Quiero que sea un toque a la humildad y a la juventud. Será un pregón que englobará dos cosas que deberían estar unidas, como lo son la juventud y los valores. Creo que es algo que debe de ir ligado y para ellos irá dirigido mi pregón.

–¿Qué recuerda de las fiestas de San Antonio en Guardo?

–Las recuerdo de toda la vida. De hecho, en el pregón contaré una anécdota de cuando mi madre nos vestía para bajar a los caballitos, una sola vez, claro. También recuerdo mucho el ir a los primeros conciertos en directo que se dieron en Guardo. Recuerdo muchas cosas con cariño, la verdad. Para mí las fiestas de San Antonio siempre han sido algo importante y emocionante.

–¿Le gustaría que hubiese algo adicional en el programa?

–Me conformo con lo que haya, la verdad. Creo que en unas fiestas patronales como las de San Antonio, lo importante no es el programa, sino que lo bonito de las fiestas es que convivamos, que se salga a la calle, que nos podamos reencontrar con los que se han marchado y regresan para las fiestas y que puedas saludarte por la calle. Eso es lo chulo. Da igual el espectáculo. Estoy segura de que alguno quieren que traigan a lo mejor, pero la esencia de las fiestas, para mí, es otra: es la gente.

–¿Qué le sobra en el programa?

–El día 14, por ejemplo. ¡A trabajar! (Ríe). No, la verdad que no me sobra nada por lo que decía antes. Todo lo que se programa contribuye a que la gente salga a la calle y es lo más importante.

–¿Había soñado alguna vez con ser pregonera?

–Nunca, la verdad, ni se me había pasado por la cabeza. Es algo que me ha llegado de sorpresa, como decía antes, pero que me hace mucha ilusión.

–A pesar de las dificultades, ha apostado por quedarse en Guardo e, incluso, emprender. ¿Ha sido fácil?

–Como todos, al vivir en Guardo, he tenido que salir a las capitales para recibir la formación que he ido adquiriendo. Me he asentado en Guardo, como dices, incluso creando mi empresa. Ha sido difícil, porque hay que ser resiliente, pero ahora mismo es mucho más fácil gracias a las redes sociales, que te abren una ventana al mundo y permiten que te conozcan. Ahora mismo ya no hay distancias. Aquí en Guardo soy feliz, continúo con mis amigos de cuando era pequeña y eso es algo que me gusta disfrutar en mi día a día.

–Su negocio es de vidrio artístico, ¿cómo se inició?

–El vidrio artístico también fue gracias a estar en Guardo. Acababa de venir de estudiar y montaron la escuela de vidrio. El arte me ha llamado siempre la atención, de hecho es lo que he estudiado, y eso fue algo en lo que tenía que participar. Me gustó mucho y me ha llevado, incluso, a estudiar la titulación de técnico superior en vidriera artística y tengo claro que va a ser a lo que me dedique hasta que me muera.

–¿Y cómo ha sido este proceso hasta hacerse un hueco?

–Tienes momentos mejores y peores. La pandemia, por ejemplo, ha sido un bajón importante. Todo ha sido un proceso lento pero que me ha permitido seguir avanzando y llegar hasta hoy. Ahora mismo, tengo un gran taller que es la envidia de muchos en el gremio, porque tengo la maquinaria para hacer casi cualquier técnica de vidrio.

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