Rafael Amargo «Es sacrificado pero he tenido la suerte de estar con los mejores»
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
El bailarín y coreógrafo Rafael Amargo recibió ayer el premio AMGu de la Danza dentro del ciclo Guardo en Danza. Sin esperarlo, anunció su intención de colaborar con la Agrupación ofreciendo dar clases de manera periódica. El bailarín también anunció su intención de volver por Guardo “cuando esté acabado el auditorio”.
¿Qué tal ha comenzado la experiencia en Guardo?
Muy bien, mucha convocatoria de alumnado, que es lo más importante, que hay mucha gente que tiene ganas de aprender a bailar flamenco. Eso para nuestro arte es increíble. En el caso de hoy, pretendíamos hacer una clase magistral con niveles mezclados.
¿Es fácil trabajar con esa diferencia de niveles?
Tienes que ser buen docente y pedagogo y conseguir que todo el mundo se lleve algo de la clase. Es algo muy difícil, porque teníamos gente como niños que no sabían bailar flamenco y señoras que acababan de empezar, hasta profesionales y hay que intentar que ninguna se aburra y que todas se lleven algo.
¿Y cómo lo consigue?
Con el tiempo, aprendiendo cómo se trabaja con los niveles diferentes y con una variedad tan grande de alumnado.
De todas formas, viendo la clase, uno llega a la conclusión que con el arte se nace, no se aprende…
No, no y no. Se puede aprender. Si te hubieras puesto, seguro que lo hubieras hecho, porque lo que hemos estado haciendo es muy fácil. Sólo hemos percutido. Sólo hemos dado golpes.
¿Qué tal ha visto el nivel de los alumnos de AMGu?
Más que nivel he visto una afición increíble, una convocatoria grande, una sala muy digna y decente y un sitio donde pueda venir perfectamente una vez al mes.
¿Es dura la danza?
Sí, es una vida muy sacrificada, pero he tenido la suerte de estar al lado de los mejores, como Lola Flores, que me enseñó latín y de Antonio el bailarín. Hay que hacer muchos sacrificios, porque la danza es así, hoy estás en lo más alto pero mañana puede que tu espectáculo no guste. De todas formas, si volviera a nacer, volvería a ser bailarín.