Guardo

La comarca de Guardo se moviliza contra el cierre de la central térmica

Alcaldes, partidos, sindicatos, empresarios y vecinos temen que la clausura afecte a todos los negocios

JOSE CARLOS DIEZ / VELILLA

La zona de influencia de la Central Térmica de Velilla, que incluye a la propia localidad, a Guardo y a otros muchos pequeños municipios de la comarca, comienza a movilizarse tras haberse conocido la noticia de que Iberdrola ha solicitado al Ministerio de Industria el cierre de la planta.

Algunos, como los alcaldes de Guardo y Velilla, Juan Jesús Blanco, también procurador en las Cortes de Castilla y León, y Gonzalo Pérez, también diputado provincial, se mostraban cautos con la decisión empresarial. «Ahora debemos trabajar para que se prolongue la decisión y es el Ministerio el que debe contestar», aseguraba Blanco que pedía «tiempo para estudiar las posibilidades de la Térmica y ver si se puede reconvertir y, quizás, metiendo biomasa u otros combustibles o componentes, se puedan ajustar las emisiones».

Ibáñez fue más crítico con el PSOE y con el secretario general del PSOE de Castilla y León «que se pasea por las cuencas mineras dando su apoyo al carbón y luego deja al PP solo mientras ellos la solicitud de cierre de las centrales eléctricas de carbón», lo que califica de «sentencia de muerte para Velilla y su comarca», por lo que también pedía «aunar esfuerzos y defender por todos los medios a nuestro alcance que el Ministerio no acceda a la petición de Iberdrola de cerrar las centrales de Velilla y Lada».

Aunque no todos son tan optimistas, ya que el futuro de la central pasa por Europa, donde se ha puesto una fecha máxima para el cierre de las centrales de carbón. Es algo que desde el PSOE de Velilla tienen claro, pero quieren que «si Europa habla de 2050, que nos den ese tiempo para buscar alternativas que generen empleo», y cuestionaban las inversiones que se han realizado con los Fondos Miner, «que han gestionado desde la Junta, donde el PP lleva gobernando 24 años y que no han servido para crear empleo». Aún así, se han ofrecido para «buscar soluciones y aunar esfuerzos en la búsqueda de alternativas que den una salida económica y laboral viable a la comarca», y han apostado porque el Gobierno apruebe un Real Decreto «guardado en los cajones del Congreso que incentiva las Centrales Térmicas».

Y es que cabe destacar que son cerca de 90 los trabajadores directos de la Central Térmica, pero rozan los 200 los empleados de otras empresas, subcontratadas por Iberdrola, que prestan servicios a la central, ya sean de transporte, mantenimiento, limpieza y otros servicios asociados.

Se trata de casi 300 familias afectadas, aunque cierto es que los trabajadores de la térmica se muestran tranquilos con la conservación de su puesto de trabajo, mientras que sus compañeros de empresas subcontratadas no las tienen todas consigo. «Hay un compromiso por parte de Iberdrola de intentar reubicar también a trabajadores asociados, pero es algo que no podemos garantizar por el momento mientras no nos presenten el plan de cierre», aseguraban los representantes sindicales de la central. «Por nuestra parte, no tenemos ningún miedo a que seguiremos trabajando con Iberdrola en otras instalaciones. Ya lo han hecho en otros cierres y han cumplido con el mantenimiento de los puestos de trabajo», explicaba José Luís Buján, uno de los enlaces sindicales.

Por su parte, Dani Velasco, de UGT, también se mostraba tranquilo con el mantenimiento de los puestos de trabajo, no así con la recolocación en el entorno social. «No tenemos muchas alternativas ni instalaciones de Iberdola cerca que tengan capacidad para todos los trabajadores. Hace pocos años cerró la central de Pasajes y los trabajadores fueron reubicados en otros centros, como Cofrentes, y es lo que nos preocupa, ya que la gente tendrá que moverse. Los trabajadores directos y las familias», y se mostró preocupado «por el brutal impacto social que puede tener».

Velasco aseguraba que no le había sorprendido «porque esto era algo que se preveía desde el cierre de la minería». «Las térmicas de carbón tienen un futuro bastante negro en general y el proceso ya comenzó con el cierre de las minas hace años», apostilló. Pero las consecuencias son mucho más amplias que las de los centenares de familias afectadas, ya que la hostelería también es un sector que entraría en declive, como comentaba Menchu García, gerente del Hostal-Bar Stop, que lleva 34 años al frente del bar y 18 con el hostal. «Siempre hemos dicho que podríamos sobrevivir malamente sin las minas, pero sin la térmica ya no. No son solo los 88 empleos directos o los 200 indirectos, es también la hostelería. Yo no echaría el cierre, pero me quedaría solo con mi hija y tendría que echar a dos empleadas a la calle», aseguraba.

También señala Menchu: «Aquí llegaríamos, incluso, a perder el colegio, lo que supondría que perderíamos también a profesores y empleados», y agregaba que «no me creo que los políticos estén luchando por la despoblación». Tampoco confía en que se paralice el cierre. «Aún así, cerraré mi negocio el sábado para acudir a la manifestación contra el cierre de la central», y es que los vecinos se han comenzado a movilizar.

Así, a los pocos minutos de conocerse la noticia, ‘Luís Eduardo Velillense’, sobrenombre con el que se conoce a Eduardo Ibáñez en las redes sociales, comenzaba una petición en Change.org que a media tarde de ayer reunía ya 2.300 firmas contra el cierre.

Además, también comenzaba ayer a circular por las redes sociales una convocatoria de concentración en la Plaza Mayor de de Velilla para el sábado 18 a las 17:00 horas que ha empezado a mover el propio Eduardo. «Veía que la gente no se movilizaba y creo que solo hacía falta un pequeño empujón. Quiero poder seguir viviendo en mi pueblo y que mis hijas puedan seguir viviendo aquí. Si la Montaña Palentina es bonita es porque los que vivimos por aquí la hemos cuidado. Si no podemos seguir viviendo aquí, esto terminará siendo una ruina», sentenció, animando a la participación el próximo sábado.

Otros negocios, como el Jay de Guardo, también han mostrado su solidaridad con los empleados de la central y se han mostrado preocupados por el cierre «porque nos vamos a ver todos afectados».

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