Recuerdos de nueve décadas
Mamerto Fernández recordará en el pregón anécdotas y vivencias de toda una vida ligada a Guardo y a las fiestas de San Antonio
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
La cachava es lo único que delata la edad de Mamerto Fernández, un hombre de espíritu joven que sólo se acuerda de sus 90 años si se los preguntas. Allí donde hay fiesta, verbena o sarao, está Mamerto. Este año, durante las fiestas de San Antonio, a las que siempre ha estado ligado, tiene una misión importante, la de pregonero, algo de lo que se siente orgulloso aunque en un primer momento intentase rechazar el cargo.
“Me llamaron Yoli y María José, que habían estado hablando, que tenía que ser yo el pregonero”, asegura Mamerto, “Dejadme de líos”, les consestó, pero la insistencia de las ediles consiguió convencerle.
“Es nuestro pueblo y por el pueblo hay que hacer lo que haga falta”, explica Mamerto, un verdadero patriota guardense, algo que demuestra con el escudo de Guardo adornando la solapa de su traje.
Las de San Antonio son unas fiestas muy especiales para él. “Me acuerdo desde niño de las fiestas. Me acuerdo de cuando vinieron las primeras barcas, eran un sube y baja, que valían 30 cts. en el año 34. Las pusieron en la Plaza don Edmundo. Si montaba una persona mayor con los niños, nos ponían saquitos de arena, porque no bajaba. Aquello fue un acontecimiento para el pueblo”, explica con nostalgia.
Aunque uno de los momentos que recuerda con más cariño es el año 1970, cuando participó en la comisón de festejos con el difunto Tomás Monge. “El Ayuntamiento siempre daba una bolsa a los pobres de solemnidad. 72 había registrados ese año. En la bolsa siempre había, entre otras cosas, garbanzos, arroz y chocolate. Este año dijimos Tomasín y yo que íbamos a dar un pollo y se le dimos. Al dar la bolsa de costumbre, les dimos un pollo. Decían «cómo se nota que sois de Guardo»” recuerda.
Aunque también recuerda otros momentos, como las corridas de toros que ha habido en Guardo o las dos ediciones del Festival de la Canción Minera, en el que los artistas de mayor prestigio del panorama nacional acudieron hasta Guardo para poner su voz y música sobre el escenario del antiguo Valdehaya.
Asegura Mamerto que en su pregón hablará “de todo un poco” pero que sobre todo “intentaré no ser pesado. Durará unos 15 o 16 minutos” y, entre otras cosas, recordará el año 1934, en el que existió una Miss Guardo, llamada Nieves Diez, hija de un combatiente en Filipinas.
De las fiestas de ahora, lo que más le gusta a Mamerto es el folclore y la alegría. “Es de año en año, así que bastante poco es. Lo de la noche ya se me pasó el caliente, pero a las verbenas sí que voy. A la del Barrio Barruelo no falto, siempre subo. Es la primera verbena y todos van. Se conoce que la gente tiene ansias de fiesta”, explica.
Asegura Mamerto que “todo lo que he podido hacer por el pueblo lo he hecho. Y todo lo que me pidan, lo seguiré haciendo, al menos, lo poco que nos quede”, concluye en esta entrevista, en la que se muestra visiblemente emocionado al recordar las anecdotas.