«El rock te hace ser mejor persona y recuperar la esperanza, y es algo que nunca abandonas»
Charli Domínguez, guitarrista de «Los Suaves»
JOSE CARLOS DIEZ / VELILLA
Asegura sentirse plenamente satisfecho de una gira en la que cosechan exitos. Charli Domínguez considera que el secreto es que el rock nunca muere.
Están en plena gira, Velilla, Torrelavega… ¿cómo está resultando?
Estamos muy satisfechos, porque los conciertos están saliendo muy bien desde que empezamos en mayo en Mallorca y hemos tocado en festivales, locales pequeños, salas, hemos tocado también en nuestra tierra y estamos muy contentos. Estamos en nuestro mejor momento.
Dicen que los rockeros nunca mueren y son un ejemplo…
Mueren, mueren…. El rock empezó hace 50 años y ahora la gente empieza a tener una edad en la que toca dejarlo o ir dejándolo y lo que no muere es las ganas que tiene esa música, eso nunca va a morir. Te pertenece para siempre y forma parte de tu vida. Eso es lo que tiene el rock ‘n’ roll, has elegido lo que te apasiona y no lo vas a abandonar. Te hace ser mejor persona, recuperar la esperanza; pueden desaparecer otras aficiones o vicios, pero el rock y la música no.
¿Qué es lo que más les llena de un concierto?
La gente, lo que cantan, lo que empujan… hacen que sea un concierto fantástico. Ves sus caras, sus cantos, sus emociones… La gente nuestra es un miembro más de los Suaves. Tenemos una frase y es que “los Suaves somos todos” y no es gratuita, es así, y eso es lo más emocionante.
Habla del rock con sentimiento. ¿Qué le supone escuchar la música de hoy en día?
Hay canciones fantásticas que te llegan al alma. Bailábamos en la discoteca, surgieron otros estilos. Cuando no ponían Led Zeppelin en las discotecas me trasladé a los pub, pero es una música que está ahí. La música de hoy quizá no sea de varias generaciones, que no te guste a lo largo de tu vida. El rock ha seguido manteniéndose y se han apuntado gente del pop, del jazz… el rock siempre ha estado ahí.
No publicado de la entrevista
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¿Qué esperan del concierto de Velilla?
Visto lo que hemos visto en la prueba de sonido, va a ser un buen concierto, porque ya había gente cantando en la prueba. A ver si nos quitamos el frío de encima y colaboramos todos para poder satisfacer a toda la gente que espera cantar nuestras canciones y que nos van a hacer unos coros fantásticos.
Un frío al que no estarán acostumbrados…
Es raro, pero no es la temperatura en sí, es más el viento. Estamos acostumbrados, somos del norte.
¿Una canción?
De los Suaves, casi todas o todas, pero quizá “Llegaste hasta mi”. Del resto de grupos, “Cantando bajo la lluvia”. Lo escuché de niño en la radio y me encantó. Hay canciones hermosísimas, pero si me tengo que quedar sólo con una, Cantando bajo la lluvia.
¿Un lugar donde no hayan tocado y les gustaría?
El otro día lo cumplimos, en Portugal. Está al lado de casa y no habíamos tocado nunca. También nos gustaría en Sudamérica, que es nuestro sitio natural. Estaremos en Inglaterra, pero ir allí a cantar en español es complicado. Hoy viene gente a Velilla a vernos desde Méjico y Bolivia.
¿Un sitio donde no tocarían?
No. Un grupo como los Suaves vamos donde nos llaman. Hemos tocado en recintos al aire libre con 80.000 personas como en La Coruña y también hemos tocado en el remolque de un tractor y corriente a 125V y con cuatro gatos. Eso jamás.
¿Alguna anécdota que jamás olvidará?
Dejar abandonado a un técnico de sonido en una cafetería durante un viaje. De aquella llevábamos autocar y preguntamos ¿estamos todos? Todos dijimos que sí y nadie reparó en el técnico. A los 200 kilómetros faltaba él. Tuvo que coger un autobús y venir, porque no volvimos. Estuvo una semana sin hablarnos
¿Algún momento duro?
Alguna caída de escenario, como la de Fernando, el guitarrista, que se rompió los dos tobillos. Cayó en un foso, pensamos que iba a subir y estaba la ambulancia llevándoselo.
¿Qué le dirían a la gente que no les conoce?
Que ya es tarde (ríe). Que presten atención a los Suaves. Con los Suaves, la música es colectiva en el directo, pero individualmente en casa, también se puede escuchar, leyendo la letra y con los auriculares para no molestar a los vecinos. Así entendería muchas cosas y sentiría la verdadera pasión del gato.