Una matanza como las de antaño
Guardo recrea la tradición y nombra mondonguera mayor a Resurrección Liébana en una concurrida fiesta en torno al cerdo
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
La villa norteña de Guardo acogió ayer la fiesta de la matanza, una tradición recuperada hace ya tres años, mediante del programa ‘Así era’, que promueve el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Turismo y Comercio. En esta ocasión, ‘Así era la matanza en Guardo’ revivió esa fiesta familiar y la hizo extensiva a todos los vecinos.
Al mediodía todo estaba preparado en la carpa, instalada por si el tiempo no acompañaba, y menos mal, porque la lluvia no dejó de caer hasta casi las dos de la tarde, lo que hubiera hecho inviable la celebración. Aún así, a pesar de la lluvia y del frío, centenares de personas se acercaron para disfrutar de la tradición.
«El cerdo sale a subasta en 20 euros, ¿quién da más?», comenzó Mamerto, animando a los asistentes. Fueron el alcalde, Juan Jesús Blanco, y la concejala de Festejos y Turismo, Lali Pinilla, los que compitieron por quedarse con el cerdo. Después de una animada puja que provocó risas y aplausos entre la gente, fue el alcalde el que se quedó con el cerdo por 240 euros, 70 euros más que el año pasado.
La carpa acogió, además, una exposición del material que se utilizaba en la matanza, como las artesas, las máquinas de hacer chorizos o las olmas de centeno para quemar el gocho. Una exposición de útiles de propiedad de particulares, que los cedieron para que los más pequeños pudiesen conocer los utensilios.
Los miembros de la Asociación de Entibadores Mineros, que colaboran habitualmente con el Ayuntamiento, acudieron ayer también ataviados al uso, para contribuir a la ambientación del acontecimiento.
Al frente de la labor de destace estuvo Yolanda Llorente, acompañada de su marido, Rufino Martínez, dos vecinos de Mantinos que siempre han vivido muy de cerca esta fiesta. De hecho, tal es la experiencia que tienen, que el proceso de despiece del cerdo, le llevó a Yolanda muy poco tiempo. Varios hombres voluntarios habían quemado con anterioridad el cerdo para dejarlo libre de pelos y listo para su despiece.
Mondongo, jijas y morcillas
Fue precisamente a Yolanda Llorente a la que el Ayuntamiento nombró el año pasado Mondonguera mayor, un título tradicional que se concedía a quien era capaz de hacer mejor el despiece del cerdo y en el menor tiempo posible. El nombramiento ha recaído en esta ocasión en Resu Liébana, propietaria de Morcillas El Cristo, actualmente jubilada y que durante toda la mañana estuvo atareada con el mondongo, las jijas y las morcillas, que también hicieron algunos niños.
La concejala Lali Pinilla mostró su agradecimiento a todos los colaboradores, tanto a los entibadores como a la mondonguera mayor del año pasado, Yolanda Llorente, y a la de este año, Resurrección Liébana. «Agradezco mucho la labor de los entibadores, así como de todos los vecinos que han colaborado, porque sin ellos, esto no sería posible» indicó la concejala.
El ambiente festivo se completó con la actuiación del grupo de coros y danzas de la localidad, que realizaron una demostración de los bailes tradicionales de la comarca una vez terminada la subasta del cerdo.
¿Quién da más?
Uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la subasta del cerdo. Mamerto Fernández, quien durante años subastó en la puerta de la Iglesia de San Juan los pasos de Semana Santa, se ocupó del ceremonial. Este guardense tiene experiencia, ya que se ocupó de la subasta de los pasos durante 45 años, desde 1943 hasta 1988, cuando terminó la tradición. Ahora, Guardo vuelve a contar con este ritual.
«El cerdo sale a subasta en 20 euros, ¿quién da más?», comenzó Mamerto, animando a los asistentes. Fueron el alcalde, Juan Jesús Blanco, y la concejala de Festejos y Turismo, Lali Pinilla, los que compitieron por quedarse con el cerdo. Después de una animada puja que provocó risas y aplausos entre la gente, fue el alcalde el que se quedó con el cerdo por 240 euros, 70 euros más que el año pasado.