Camino de ser supercentenaria
Claudia Martín cumplió el 30 de octubre 109 años en Villaoliva, lo que la convierte en una de las mujeres más longevas de la región
JOSE CARLOS DIEZ / VILLAOLIVA
Claudia Martín, una de las mujeres más longevas de la provincia de Palencia y de Castilla y León, dejará de ser en menos de un año una mujer centenaria para pasar a ser supercentenaria, una persona que supera los 110 años y que pasa a los registros históricos mundiales.
Aunque para eso queda algo menos de un año, los vecinos de Villaoliva de la Peña, localidad en la que reside, estaban ayer más preocupados por que todo saliera bien en la fiesta de celebración de sus 109 años, que cumplió el 30 de octubre. Para participar en el acontecimiento, se desplazaron hasta el pueblo la gran mayoría de sus familiares, hijos, nietos y bisnietos, que llegaron desde toda la geografía española para arroparla en este día tan especial.
Acompañando a la familia también estuvieron los vecinos de Villaoliva, que se reunieron en la iglesia para celebrar una eucaristía en la que también participaron el presidente de la Diputación, José María Hernández, y una nutrida representación de alcaldes de la zona.
Durante la ceremonia, fueron varios los regalos recibidos por Claudia Martín que le hicieron emocionarse, como una manta de Palencia, obsequio del presidente de la Diputación, así como varias plantas y bombones que le regalaron el Ayuntamiento y la Junta Vecinal. Para concluir el acto eucarístico, el coro de la parroquia le cantó el cumpleaños feliz, consiguiendo arrancar a la homenajeada una sonrisa y también lágrimas de emoción.
Nuevo homenaje
Tras la misa, todos los asistentes se desplazaron hasta el jardín que el pueblo le dedicó a Claudia hace ya tres años, donde se colocó una paloma encima del monolito dedicado a la centenaria. Allí, todos los vecinos pudieron conversar con Claudia y recordar algunos momentos especiales de su larga vida, como la inauguración del jardín, donde acude a menudo con su hija Primitiva, una religiosa que hace varios años dejó su vida misionera para volver a la Montaña Palentina a cuidar de su madre.
Las celebraciones continuaron en una carpa donde a Claudia le esperaba una tarta adornada con unas velas que mostraban una cifra mágica: los 109 años que cumplió ayer y que no le impiden salir de Villaoliva cuando la ocasión lo merece. Así, en el último año ha viajado a Valladolid para ver el restaurante de un nieto. La visita a la ciudad del Pisuerga le dejó anonadada, «tanto como si nosotros vamos a Manhattan y nos imaginamos que estamos viendo una película», explicaba su nieta Susana, presente en el viaje. Otra de las salidas, de carácter sanitario, tuvo como destino la capital palentina, donde los médicos certificaron su buen estado de salud, solamente alterado por un par de catarros que ha curado rápidamente y algún que otro bajón anímico puntual del que se recupera fácilmente con su taza de chocolate. «Ha pasado un año muy estabilizada en el que solo ha dejado de tejer, pero no de rezar o leer», comenta su hija Tiva.
Lo que no perdona Claudia es su partida a la brisca. «Cuando no gana, saca su genio», señalan sus familiares entre risas, quienes coinciden en que la sana alimentación que ha llevado toda su vida es una de las claves que le han permitido llegar a los 109 años. Pero Claudia no se conforma y espera cumplir uno más para convertirse en supercentenaria.
Buenas noches desde aquí Madrid hijos nietos y bisnietos estuvimos con ella soplando las velas y jugando a la brisca
Abuela siempre estamos contigo
Te queremos