Voluntarios que salvan vidas
El Parque de Bomberos de Guardo ha realizado 1.800 intervenciones desde su creación en 1985
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Todo empieza con una llamada al 112. Todas las alertas se ponen en marcha y, desde el centro de coordinación de Emergencias de Castilla y León se avisa al Servicio de Bomberos de la Diputación de Palencia, que envía un mensaje al móvil de los bomberos de Guardo. Es entonces cuando todos los que están de guardia acuden al parque para salir hacia el lugar donde se ha producido el suceso. Ya en camino, contactan con la Diputación para confirmar y recibir indicaciones para llegar de manera ágil al lugar.
Todo esto es casi nuevo, puesto que antes de la implantación del 112 y de la generalización del uso del móvil, la técnica del aviso era muy diferente. Cualquier persona que detectase un incidente avisaba a la Guardia Civil o Policía Local. En el último caso, estos tenían que avisar a la Benemérita, que disponía de una emisora que enviaba una señal con un breve mensaje de voz al busca de los bomberos.
Mucho ha cambiado en los 28 años de vida del Parque Comarcal de Bomberos de Guardo, creado en agosto del año 1985, por el que han pasado 17 personas y que cuenta en la actualidad con ocho componentes. El más antiguo –permanece desde su creación– es Javier Salazar, al que acompañan Andrés Martín, Santi Salvador, Luis Ángel Villamediana, Raúl Gonzalo, Julián Domínguez, José Luis Nevado y Alfonso Fernández, el último en incorporarse, aunque todos ellos han querido hacer una mención especial a Eugenio Martínez, que ha dedicado 15 años al parque de bomberos y que en este momento no se halla en activo por una enfermedad.
Aunque no solo la tecnología ha cambiado. Todo lo que rodea a los bomberos de Guardo ha mejorado. «No teníamos ni un traje con el que ir a los incendios. Recuerdo llevar la ropa vieja de policía. En los comienzos del parque, ser bombero era un acto de valentía», explica el miembro más veterano del parque guardense.
Después del parque de bomberos de la capital palentina, el de Guardo fue el primero en crearse y aún recuerdan cuál fue el primer incendio importante al que tuvieron que hacer frente, el de la farmacia de Aguilar. «Hacía mucho frío y en el viaje se nos congelaron las salidas de agua del camión. Cuando llegamos, tuvimos que descongelarlas con un soplete», rememoran. Durante todos estos años, los bomberos de Guardo han realizado alrededor de 1.800 intervenciones, con una media superior a las 64 anuales.
Además, durante este tiempo han sido muchas las mejoras que ha experimentado el parque de Guardo, que de contar con un viejo camión y un espacio en el que los bomberos no podían ni cambiarse, ahora cuentan con un moderno y equipado camión de extinción de incendios, equipos autónomos de respiración, equipos de excarcelación, vestimenta adecuada y una nave dedicada al parque en mejores condiciones de las que tenían en el viejo edificio de Patrimonio Forestal. Además, también tienen desde hace semanas un nuevo vehículo de primera intervención con un depósito que permitirá actuar rápidamente en pequeños fuegos.
Son muchas las intervenciones en las que han participado los bomberos de Guardo, pero hay algunas de las no han conseguido borrar las imágenes que vivieron ese día, unas por amables y otras por duras. Algunas llamativas, como la inundación del paso subterráneo de la subida de San Isidro bajo las vías de Feve, donde las intensas lluvias provocaron que se formase una balsa de agua en la que un vehículo quedó atrapado. Otra de estas imágenes, también curiosa, fue la rotura de una tubería en el barrio Valdecastro de Guardo, que provocó que todo el centro de la localidad se convirtiera en una balsa de agua, con sótanos anegados y calles inundadas.
Peores imágenes se les han quedado grabadas de la muerte de tres mineros en Villanueva, debido a la asfixia, o de algún un accidente de tráfico muy grave. Impactante, aunque menos trágicas, son las anécdotas en algún incendio, como el de un garaje de la Calle Picón, en el que los bomberos no pudieron actuar más que para taponar todas las entradas de aire del garaje, ya que el humo les impedía ver. «Actuamos bien, porque solo resultó completamente calcinado un coche y dañados los dos que estaban a su lado», explican. Aunque lo más bonito son las anécdotas que hacen reír. Así, por ejemplo, una fue el aviso de un incendio en Valcobero. Después de que los bomberos subieran con el camión hasta el embalse de Compuerto, donde se encuentra el acceso a la carretera que une Valcobero, no pudieron llegar al incendio debido a que el túnel que permite el paso es más pequeño que el camión. El equipo tuvo que dar la vuelta y acceder por el Cristo Sierra.
Lo que sin duda marca el carácter del Parque Comarcal de Bomberos de Guardo es el buen ambiente que se respira. Solo hacen falta unos minutos con ellos para ver cómo son compañeros, cómo se aprecian y cómo velan los unos por los otros. Con una mirada o un gesto, todos son capaces de coordinarse incluso en los incendios más voraces y difíciles. No son necesarias las órdenes, pues las múltiples prácticas que realizan y las evaluaciones de sus intervenciones hacen que su trabajo se vea mejorado de forma notable.
Tan buena es esta relación que cada uno tiene su cometido. «Por ejemplo, siempre que hay un aviso en el que alguien puede haber fallecido, si está de guardia, el primero que entra es Raúl», comentan sus compañeros, ya que «está más acostumbrado» por su trabajo como enterrador en el municipio.
Semanalmente intentan reunirse para poner en marcha todos los equipos de tal manera que siempre estén a punto para trabajar en una intervención. «Estamos muy motivados, tenemos muchas ganas», señalan los bomberos guardenses, que no dudan en acudir a todas las formaciones que les ofrecen.
Más medios
Desde el Parque de Bomberos reconocen que la labor de la Diputación de Palencia, administración encargada de la coordinación de los once parques provinciales, está siendo primordial para esta mejora en la calidad. «Ahora contamos con un coordinador que nos enseña, nos motiva y se preocupa por nosotros», comentan los bomberos de Guardo en alusión a Gerardo Abia, coordinador provincial de bomberos, del que aseguran «no solo coordina, sino que se involucra de forma directa en los incendios y acude en casos como el de la casa de Muñeca en los que nos implicamos varios parques».
Además, desde la Diputación se está ofreciendo una formación continua a todos los efectivos, algo que reconocen «es indispensable, porque de nada nos vale tener el mejor material que exista si no sabemos usarlo ni actuar», explican.
Aún así, los bomberos creen que sería necesaria la inclusión de algún medio más, como el disponer de «un GPS de montaña, con ortofotos, que nos permita ver caminos rurales por los que acceder a un incendio, ya que con el que tenemos ahora sabemos llegar a un pueblo, pero no incluye las pistas forestales», señalan. «Lo que está claro es que para todas las peticiones, ahora tenemos un método de canalizarlas y es a través de nuestro coordinador provincial, que evalúa continuamente las necesidades de todos los parques de la provincia», aseguran.
También convendría disponer de un camión escala, que permitiese acceder a los pisos más altos de los bloques de viviendas de la localidad. Asimismo, para mejorar sus intervenciones, los bomberos pretenden continuar su formación visitando los edificios públicos y privados con mayor concentración de personas, como el centro sociosanitario, la central térmica de Velilla, el centro de salud o los colegios e institutos.
Una nota muy alta para un equipo de lujo»
El alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, asegura estar muy satisfecho con la labor que llevan a cabo estos voluntarios, a los que si hubiera que poner una nota sería una «excepcionalmente alta», al tiempo que califica al equipo como «excelente, con un servicio de lujo».