Guardo celebra un tempranero pero seguido Encuentro
La presencia de numeroso público evidencia que los guardenses y visitantes tenían ganas de Semana Santa
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
La Cofradía de la Virgen de la Soledad y Santísimo Cristo de las Cinco Llagas tuvo ayer su momento de mayor expectación con la procesión del Encuentro, que celebran a primera hora del Domingo de Resurrección y que, a pesar de la temprana hora -y más en esta ocasión al haberse adelantado una hora de madrugada los relojes por el cambio horario- sacó a la calle a centenares de personas.
Era evidente que los guardenses y los turistas tenían ganas de Semana Santa, puesto que el lugar en el que se representa el encuentro, contaba ya con fieles y curiosos desde primera hora de la mañana, incluso, desde antes de que la procesión saliese del Colegio Amor de Dios.
A las 9:15 horas, cuando aún los más fiesteros salían de “Los Bajos”, partía la Virgen de la Soledad acompañada de la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía por las calles más céntricas -El Soto, Río Chico y Jorge Manrique-, para girar hacia el sur por la Calle Mayor.
Un poco más tarde y, por la calle Arroyal, Jesús Resucitado en la custodia que portaba un sacerdote bajo palio y acompañado por varios tambores, también enfiló la Calle Mayor, donde se produjo el encuentro.
El momento de mayor emoción fue cuando Jesús Resucitado se vio frente a su Madre, vestida de riguroso luto. En este momento, la Banda hizo sonar la Marcha Real y los cofrades levantaron a pulso la imagen de La Soledad, recibiendo un fuerte aplauso por perte de los asistentes.
Fue entonces cuando los braceros de la Virgen de la Soledad se arrodillaron frente a Jesús Resucitado y bajaron el paso para que una de las braceras subiese al trono y realizase varios cambios en el paso.
En primer lugar, retiró la corona de duelo y el manto de luto a la Virgen, para descubrir un manto blanco que delataba la alegría de la Madre. Asimismo, también colocó un ramo de flores de varios colores en las manos de la imagen y, por último, colocó la corona más lujosa sobre la cabeza de la imagen.
Para concluir la procesión, ambas imágenes enfilaron la Avenida de Castilla y León, acompañadas de las Manolas, que portaban el manto de luto, para llegar a la Iglesia de Santa Bárbara, donde se celebró una misa.
Lo que algunos asistentes echaron de menos fue la salida de la imagen de San Juan, si bien entre las suspensiones y las modificaciones de recorrido debido al mal tiempo, los guardenses reconocían cierta confusión sobre los pasos que correspondian a cada desfile.
Lo cierto es que, con o sin San Juan, el Encuentro lució como cada año, a pesar del frío, y emocionó a los centenares de personas que se echaron a la calle.