El Barrio Barruelo escenifica con pasión

La asociación cultural que representa la muerte de Cristo desde hace veinticuatro años solicita mas ayudas

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

La representación de la Pasión que los miembros de la Asociación Cultural Barrio Barruelo llevan a cabo todas las Semanas Santas desde hace ya veinticuatro años, volvió el Viernes Santo a celebrarse en la Plaza del Barrio Barruelo, frente a la majestuosa Casona, que sirve de palacio a Poncio Pilato.

Todo ello, a pesar de la lluvia, que ha hecho que la mayor parte de las procesiones hayan tenido que ser suspendidas, lo que animó al público a acudir a la representación, que comenzó en un momento sin lluvia. A pesar de esto, el numeroso público acudió paraguas en mano.

La humedad y el frío no impidieron que saliese a escena la narradora, Begoña Merino, que solicitó más ayudas para la Asociación, sobre la que aseguró que “a pesar de todo, aguantamos” expresó.

Tras la presentación y el agradecimiento al fiel público, la multitud y los mercaderes salieron a escena para representar la escena en la que Jesús echa a los mercaderes del Templo de Jerusalén, con la que comienza la película “Jesús de Nazareth” de Franco Zeffirelli, que pone el audio a la representación.

Todas y cada una de las escenas se fueron sucediendo durante la más de hora y media que dura la puesta en escena, incluyendo la condena, la crucifixión y la resurrección, con la tradicional suelta de palomas.

El tiempo respetó más de la mitad de la representación, que se desarrolló con total normalidad, con algunas escenas como la curación del ciego, última cena, el beso de Judas o el juicio a Jesús.

Además, en su aparición, Poncio Pilato da a elegir, con motivo de la Pascua Judía, a cuál de los dos prisioneros de Roma, quería el pueblo judío liberar, si a Barrabás o al Rey de los Judíos, condenando a este último a morir en la cruz.

Es precisamente esta escena la más emotiva, en la que Jesús es crucificado junto a dos ladrones, ante las continuas humillaciones a las que le someten los soldados romanos.

Su madre le espera a los pies de la cruz y es ella la que recoge su cuerpo, que es trasladado al sepulcro, al fin de la representación. Finalmente, Jesús sale de nuevo a escena, junto a los niños de la obra, soltando palomas en señal de la resurrección.

Al final de la representación, los ochenta actores que representaron la obra, saludaron al numeroso público, que aguantó impasible bajo sus paraguas, al que le permitieron subir a saludar a los actores por primera vez.