«Me gustaría que esta fiesta durase por los siglos de los siglos»
Manuel Mediavilla fundador de la fiesta
JOSE CARLOS DIEZ / VELILLA
A punto de cumplir 92 años, Manuel Mediavilla lleva organizadas las cuarenta ediciones del Día de Fuentes Carrionas. Cada año intenta superar el anterior y eso es lo que le lleva a no perder el ánimo. Más ahora, después del homenaje que se le dispensó ayer.
¿Qué le ha parecido el homenaje en esta edición?
Algo completamente inesperado que agradeceré eternamente. Me gustaría, a ser posible que esta fiesta durase por los siglos de los siglos, porque lo que hemos buscado siempre ha sido una promoción de la comarca.
¿Cuál es el sentimiento de la fiesta?
Aunque sea una fiesta, no hay que olvidarse de la lucha, y esta es una fiesta reivindicativa. Hay que luchar mucho para conseguir lo que uno quiere. Cuando yo fui alcalde, tuve que pelear mucho con la Junta para que hiciese más grande el túnel de Camporredondo, pero finalmente lo conseguimos, porque no dejamos nunca de luchar por lo que queríamos. El sentimiento ahora tiene que ser el mismo.
Entonces, ¿qué le diría a la gente de esta tierra?
Que hay que pelear y conseguir lo que se pide porque se necesita. Luchar siempre por lo que sea justo y no parar hasta que se consiga.
¿Cuesta mucho seguir adelante con esta fiesta?
Cuesta mucho porque se hace en un rinconcito de la Montaña, en Velilla y no mucha gente se anima a venir y hay que tener en cuenta que lo más importante es que se anime el personal a venir. Lo que no podemos hacer es aflojar. Antes venían 3000 personas a la fiesta, pero ahora se hacen muchas ferias y eso quita personal. Aún así hay que seguir, porque si se afloja, se pierde y luego es muy difícil recuperar.
¿Alguna petición?
A las autoridades. Que hagan todo lo que puedan porque la gente vuelva a su tierra. Con los pantanos perdimos mucha población, porque las mejores tierras se perdieron. Ahora podemos aprovechar el turismo, explotando la cueva de Agudín. Ojalá valoren esta cueva y la pongan en marcha.
¿Algún recuerdo?
En el año 1972, el primero que lo celebramos, vinieron autobuses desde Valladolid y desde toda Palencia. Aquel año se celebró en Cardaño de Arriba y, de repente, se puso a nevar como que no lo hubiera hecho nunca.