Tres Minutos

EN TRES MINUTOS «Se puede decir que yo empecé en la cocina por Arguiñano»

Alvar Hinojal, cocinero del restaurante El Molino de velilla

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Cocinero del Restaurante el Molino en Velilla del Río Carrión y en la cena que el viernes celebró la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Guardo, lleva 6 años de cocinero, aunque antes había trabajado en un hotel de Guardo. Ahora aguanta como puede la crisis en su establecimiento en la localidad minera de Velilla.

¿Cómo fueron sus comienzos?

Soy de Escuela de Cocineros. Estudié en Palencia. No sé cómo surgió. Estuve trabajando de soldador, aquello no me gustaba y la cocina, con eso de Arguiñano y tal, parecía que me iba gustando y se puede decir que yo empecé en la cocina por él, por Arguiñano.

¿Se siente cómodo elaborando las recetas de prestigiosos cocineros de Castilla y León?

A muchos les conozco personalmente por lo que para mi son casi compañeros. Yo estoy metido en Eurotoques, que es una Asociación Europea de Cocineros, y uno de ellos es el delegado de esta zona, por lo que tengo mucho contacto con él.

¿Su cocina todavía es una gran desconocida…

Es sólo desconocida en la zona. Esta cena es de autor y son todo “mariconadillas” tal y como lo llama la gente. Es una base de una cocina muy tradicional, pero puesto un poco más bonito. Lo que hace falta ahora son comensales.

La gente asegura siempre que no le gusta un plato enorme para una pieza pequeña…

Una cosa es la cocina de diseño y otra es la micro-cocina, que la gente relaciona siempre. Un trozo de carne, por muy limpio que esté, es lo que es. Abulta poco, pero no tiene hueso y es todo comestible. El problema que tiene la gente es que aunque haya menos en el plato, con la cocina de diseño se come todo, desperdicios cero. Aunque también es cierto que se ha desvariado mucho con el tema de la cocina moderna.

¿Y el precio?

Es como todo. Están los que se suben al guindo y otros que mantienen un menú degustación a 36 Euros, un precio económico para un restaurante con una estrella Michelín. Cada uno se valora a si mismo. En “El Molino” suelo sacar muchos menús degustación, sobre todo en festividades y son cinco platos que pongo a 25 Euros y la verdad que lleno siempre las treinta plazas del restaurante.

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