Veintitrés años en escena
La asociación Barrio Barruelo de Guardo ha ampliado la escena de La Última Cena para la representación de hoy
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Llevan más de dos décadas poniendo en escena la Pasión de Cristo gracias al esfuerzo y la dedicación de los miembros de la Asociación Cultural Barrio Barruelo de Guardo. Hoy, veintitrés años después de aquella primera cita, son muchas las novedades que notarán los que cada año acuden como espectadores a la representación, como son la mejora del sonido, con nuevos efectos especiales, y el esfuerzo por mejorar en la interpretación y puesta en escena.
Una de las novedades, que ya se incorporó el año pasado, es que Jesús tiene nueva cara, la de Cristóbal Martín Bañuelos, un joven de 23 años, los mismos que ediciones tiene la Pasión y que participa en la representación desde los 7 años. Ha entrado en escena formando parte de la plebe, pero también ha interpretado los papeles de romano, ciego, ladrón y uno de sanedrín, hasta llegar al protagonista de la obra, Jesús.
«Aún tengo que cambiar muchas cosas, pero yo creo que voy mejorando en la interpretación», destaca Cristóbal Martín, lo que Justo Arnáiz, presidente de la asociación y director de la obra, corrobora.
Uno de los aspectos que más preocupa a esta asociación para poder poner en marcha la representación es la de los participantes. Según ha indicado año tras año el director de la obra, «serían necesarias cien personas para poder llevar a cabo una interpretación desahogada». En esta ocasión, las 82 personas que participan, cuatro más que el año pasado, además de los técnicos de sonido, luces y vídeo, harán que se sufra menos, aunque desde la asociación han vuelto a realizar un llamamiento a toda la comarca.
«En esta zona hay muchos prejubilados que no tienen nada que hacer, mucha gente parada y muchos jóvenes, que podrían venir a colaborar, lo que pasa que no quieren ningún compromiso», lamenta Justo, quien también explica que «nunca se ha puesto pegas a alguien que necesite marchar un fin de semana, lo único que se pide es un poco de compromiso», explica.
Otro de los problemas es la falta de financiación, y de hecho, lo único que han podido ejecutar es «el remiendo de los trajes que tenemos de otros años y hacer alguno nuevo con telas que nos van regalando», resalta.
Una novedad en la representación es la ampliación de la escena de La Última Cena, donde la representación ha mejorado considerablemente, «por lo que creemos que van a gustar los cambios en esta escena», asegura. Además, también este año se intentará grabar la representación en vídeo, desde dos lugares.