Día de recuerdo para el beato
La familia ofreció una eucaristía para los vecinos en Año Nuevo al ser el cumpleaños del mártir, fallecido en 1936 a los 23 años
Fresno del Río celebra la beatificación de Manuel Gutiérrez Martín
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Recibieron orgullosos la noticia de que uno de sus vecinos, Manuel Gutiérrez Martín, iba a ser beatificado en la Catedral de la Almudena de Madrid el pasado 17 de diciembre. El pueblo se dedicó a los preparativos para que los vecinos que quisieran pudiesen acudir a la celebración hasta Madrid. Pero la familia decidió ofrecer una misa en la iglesia de Fresno del Río para los que no pudieron desplazarse hasta la eucaristía oficiada por Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
La celebración tuvo lugar con motivo del Año Nuevo, una fecha muy marcada en el calendario para el mártir Manuel Gutiérrez, ya que es su fecha de cumpleaños, así como su santo. La iglesia parroquial de Fresno se quedó pequeña ante la gran cantidad de vecinos que quisieron acudir a esta celebración, a la que también asistió la hermana del beato, Saturnina Gutiérrez, de 96 años.
Manuel Gutiérrez nació el 1 de enero de 1913 en Fresno del Río, un pequeño pueblo equidistante de Guardo y Saldaña, que por aquel entonces pertenecía a la diócesis de León, en una familia numerosa y de padres labradores modestos y de profundas convicciones y prácticas religiosas.
Saturnina, una de las hermanas del difunto beato, junto con Melecio y Visitación, explica a El Norte de Castilla la historia de su hermano, que desde niño acudió a la iglesia del pueblo como monaguillo «porque le gustaba mucho cantar», destaca, mientras recuerda que a los 12 años marchó a Madrid a estudiar, aunque también estuvo cinco años en un colegio en Las Arenas (Vizcaya).
Su hermana le recuerda como «una buena persona, muy correcto y un mozo muy inteligente», unos calificativos muy similares a los utilizados por sus formadores, que según los archivos del colegio Nuestra Señora del Pilar de Pozuelo de Alarcón (Madrid), le muestran como «hombre dotado de talento, equilibrado, con buena memoria. En los exámenes, resultados casi siempre brillantes y en cuanto a sus virtudes, dócil, sumiso y franco con sus superiores».
Manuel murió a los 23 años, víctima de la Guerra Civil, junto a otros compañeros oblatos del convento. Fue sacado del convento con otros seis compañeros y el padre de familia, Cándido Castán.
Según se cuenta en los informes, fueron fusilados el 24 de julio de 1936, seis días después de estallar la Guerra Civil Española, en la Casa de Campo de Madrid y enterrados en una fosa común en Paracuellos del Jarama (Madrid).
Tristemente, su familia no pudo enterarse hasta el término de la Guerra Civil, en 1939, ya que, según cuenta su hermana Saturnina, «interceptaban unos y otros todas las comunicaciones, no había teléfono y tampoco podías ir a verle. Tuvimos que esperar y, cuando finalmente tomaron Madrid y se acabó la Guerra, fue cuando nos enteramos».
Manuel Gutiérrez fue beatificado el pasado 17 de diciembre junto a otros 22 mártires oblatos, Vicente Blanco Guadilla (Frómista, Palencia), otros tres de la diócesis de Astorga (León), uno de Burgos, diez de León, uno de Soria, uno de Valladolid, uno de Osma (Soria) y otros de Pamplona, Santander, Toledo y Valencia.