Nueve viviendas de 1998 en Guardo sufren desperfectos en los techos
Las grietas y los deprendimientos comenzaron a aparecer en 2008
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Los vecinos de las viviendas de protección oficial que la Junta de Castilla y León promovió en la Avenida de Asturias, números 90, 92 y 94 de Guardo, temen desde hace tres años que los techos de sus viviendas se hundan por completo, después de que la mayor parte estén agrietados y que en varias casas ya se hayan desprendido algunos trozos.
De los veinte vecinos que residen entre los tres bloques, son nueve los que sufren este tipo de incidencias desde que en 2008 comenzasen las grietas en los techos.
Estas viviendas fueron construidas por la empresa Ercosa entre 1997 y 1998, después de que la Junta de Castilla y León sacara el proyecto a licitación con un presupuesto base de casi 754.000 euros. A pesar de que en poco tiempo estaban terminadas, no sería hasta el año 2000 cuando los vecinos accedieron a sus nuevas casas, cargados de ilusión.
Una ilusión que poco a poco se ha ido derrumbando, de manera muy similar a como ahora lo hacen los techos, después de haber comprobado cómo la construcción de las viviendas no ha estado a la altura y de ver cómo la Junta de Castilla y León, como propietaria de las viviendas hasta el año 2025, «no ha movido un solo dedo por hacer la vida de elos vecinos más fácil», según señalan los propietarios.
Según los vecinos, la propietaria de las viviendas es la administración autonómica hasta después de 25 años de la firma del contrato, cuando, tras el pago de las cuotas mensuales correspondientes, los vecinos alcanzarán la condición de propietarios, algo que, de momento, les impide iniciar acciones legales de cualquier tipo para reclamar estos daños.
Humedades y mala calidad
Un informe del arquitecto Eduardo Cima González, encargado por el presidente de la comunidad, concluye que estos daños se deben a la ubicación del edificio, en estado semi-enterrado, a las humedades y a la mala calidad de los materiales utilizados. Por otra parte, se informa también de que «las lesiones en el estado actual están progresando y no se puede determinar el momento de la detención del proceso de no aplicar las medidas oportunas».
Al parecer, una de las causas de los problemas es el muro de contención que retiene la ladera tras el edificio, que está sufriendo los empujes y cargas del terreno, así como las descargas, por lo que el edificio sufre leves movimientos que mueven desde el forjado a las viguetas. Sin embargo, estos elementos estructurales se están comportando de manera correcta, según recoge el informe.
Son los elementos de relleno y decorativos, como las bovedillas cerámicas, el yeso bastardo y el enlucido fino, los menos resistentes. En el caso de los primeros, las bovedillas se están dando colapsos de variable intensidad «debido a su mala calidad», según recoge el informe del arquitecto.
Es este elemento el que más miedo causa a los vecinos, ya que las bovedillas sufren a diario roturas, durante el día y la noche, que asustan a los inquilinos de las viviendas. «Estás en la cama y solo escuchas chasquidos», comenta Germán Marcos, presidente de la comunidad, mientras que Irene Vargas, madre de Mari Cruz Santiago, asegura que «durante todo el día estás continuamente escuchando en tu techo ruidos tan fuertes como que se rompiese un plato».
Más afectadas
Estas dos viviendas son de las más afectadas, pues no solo sufren las grietas, sino que los techos de una habitación en el primer caso y del salón en el segundo se han venido abajo, aunque por suerte sin tener que lamentar heridos. La mujer de Germán asegura «si cuando se cayó el techo de la habitación no pilló a nadie, fue por suerte, porque se cayó por el día».
José María Alonso y Juani Laso, vecinos de otros dos pisos afectados, ya se ha marcado un ritual para poder ir a la cama, debido a la grieta que tienen justo encima del cabecero. «Yo todas las noches palpo con la mano el techo para ver si corremos peligro o no», aseguran ambos vecinos, con temor ante la posibilidad de que se les caiga el techo por la noche.
Hasta el momento, el presidente de la comunidad, ha luchado contra viento y marea para que la Junta reclame por los desperfectos que se están sufriendo, aunque la administración regional no ha movido ni un solo dedo por solucionar este problema.
Así, después de reclamar durante varios años -desde 2008 hasta 2010-, fue a través de una abogada cuando consiguieron que la Junta se molestase en venir a ver los desperfectos.
Fue el 5 de mayo de 2011 cuando hasta estas viviendas acudieron el arquitecto de la Junta, un representante de la constructora y la dirección facultativa de obra. En esta visita, todos pudieron observar los daños que sufren las viviendas, «pero la empresa se lavó las manos porque dice que la garantía ya ha pasado», comenta el presidente, quien asegura que «cuando comenzó todo y empezamos a reclamar hace tres años, la garantía no se había pasado».
Cantidades diferentes
Por otra parte, según indica el presidente, desde la Junta no hay dinero para subsanar los desperfectos, aunque las cantidades, según se miren desde la administación o desde la comunidad, pueden resultar muy diferentes.
Según la memoria valorada del arquitecto, los desperfectos superarían los tres mil euros en alguna vivienda, y sumando los arreglos en zonas comunes, la obra alcanzaría los 43.107 euros. El arquitecto ha informado de que «las posibles consecuencias son impredecibles y resulta bastante aventurado la no intervención en las partes afectadas».
Por su parte, el alcalde de la localidad, Juan Jesús Blanco, ha instado a los vecinos a demandar judicialmente para que pueda haber un responsable que se haga cargo.