Así era la matanza en Guardo
El Ayuntamiento recupera la fiesta en torno al cerdo con una elevada participación de público
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
La villa norteña acogió ayer la fiesta de la matanza, una tradición recuperada del olvido de muchos guardenses a través del programa ‘Así era’ que promueve la Concejalía de Comercio del Ayuntamiento. A mediodía todo estaba preparado en la Plaza del Ayuntamiento. La carpa acogía una exposición de material utilizado en la matanza, como las artesas, las máquinas de hacer chorizos o las olmas de centeno para quemar el cerdo.
El matarife municipal daba pronto muerte a uno de los dos animales -uno había sido sacrificado previamente en el matadero para ser degustado entre el público-, al que después le extrajeron la sangre para hacer en directo las morcillas. En esta tarea intervino la experta Resu Liébana, quien durante 40 años ha estado al frente de Morcillas El Cristo.
Además, varios voluntarios prepararon al cerdo para dejarlo listo para su despiece. Después, se produjo otro de los momentos más emotivos de la jornada, como fue la subasta, llevada a cabo por Mamerto Fernández, también experto en pujas, porque durante años subastó en la puerta de la iglesia de San Juan los pasos de Semana Santa. «Este cerdo tiene un precio de salida de 100 euros, ¿quién da más?», voceaba Mamerto Fernández, mientras el público subía el precio hasta los 160 euros tímidamente. «Venga, que los beneficios son para la Asociación de Enfermos de Alzheimer», continuaba para animar. Así, se oyó ‘¡200!’ un precio que se estancó durante un largo tiempo hasta que sonó el 300 que dio el precio final de la puja.
Los alcaldes de Guardo, Velilla y Santibáñez, Juan Jesús Blanco, Gonzalo Pérez y Manuel Maza, respectivamente, pelaron patatas durante toda la mañana, como muestra de la voluntariedad que mostraron todos los vecinos de la comarca. Finalmente, el público pudo degustar migas, carne y morcillas. Quienes verdaderamente disfrutaron fueron los niños.