Joyas del automovilismo
65 coches clásicos participan en una vistosa concentración en Guardo y recorren la ruta de los pantanos
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Aún son capaces de desplazarse con la misma fuerza que el primer día, aunque algunos rozan ya el siglo de existencia. 65 coches clásicos se concentraron ayer en Guardo llegados de toda la geografía española -Madrid, Santander, Bilbao y León, entre otros puntos-, aunque mayoritariamente de la provincia, según indicaban los miembros de la organización, Club Coche Clásico. La concentración tiene cada año más aceptación, como se ha comprobado en esta tercera edición.
A cada cual más llamativo, más curioso y mejor cuidado, hacía imposible decantarse por uno de los vehículos estacionados en la Plaza del Ayuntamiento. El más antiguo era un Citröen de 1927, modelo ‘torpedo’, con matrícula P-793, y con la curiosidad de que aún se arranca desde la palanca instalada en el morro del coche.
Otros muy llamativos fueron un Triumph y un Jaguar, quizá por lo difíciles de ver, debido en parte a su alto precio. Además, el que llevaba más viaje encima fue un 127 que había llegado por carretera desde Tarragona conducido por su dueño.
Los vehículos demostraron que se encuentran en perfecto estado de funcionamiento, y a las 12 horas emprendían la marcha para comenzar una ruta por la Montaña Palentina. Así, acudían hasta Cardaño para bajar por la ruta de los pantanos hasta Camporredondo y Velilla, terminando en Mantinos. Hicieron una parada en cada pueblo para refrescarse en alguno de los bares locales, lo que hacía que la gente saliese de sus casas para admirar estas joyas de cuatro ruedas.
«Muchos han repetido de otros años y también tenemos muchas caras nuevas», comentaban desde la organización haciendo alusión a los 65 coches inscritos de este año (15 más que en la anterior edición) y las 170 personas inscritas al evento.
Pasadas las 15 horas y después de haber dado una vuelta por la localidad, todos los inscritos pudieron disfrutar de una comida en una carpa instalada por el Ayuntamiento. Después, tomaron un café en la cafetería Aro y después una discoteca móvil alegró la tarde a todos los que se acercaron hasta la plaza.