La lluvia del Jueves Santo dañó la nueva túnica del Nazareno
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
La lluvia, que sorprendió y anuló la procesión del Jueves Santo, además de dañar considerablemente la nueva túnica del Nazareno y los capillos de los cofrades, respetó la procesión general de El Entierro en Guardo, en la que desfilan la mayor parte de los pasos de la localidad.
Aunque en la mañana del Viernes Santo, la lluvia obligó a los nazarenos a celebrar su Via Crucis en la abarrotada iglesia de San Juan, el pueblo se echó a la calle por la tarde para ver el paso de las mejores imágenes. Después de que unas densas nubes amenazasen la salida, los cofrades no se echaron atrás y emprendieron su camino, desde San Juan hacia Santa Bárbara por las calles más céntricas de Guardo.
A medio camino, el sol hizo su aparición, lo que animó a que la mayor parte de la localidad se echase a la calle, no sin paraguas por si sucedía lo del jueves, cuando las tallas tuvieron que ser protegidas en diversos soportales de un tremendo aguacero.
Frente a Santa Bárbara, todas las imágenes se congregaron para el canto de la Salve. El himno de España, interpretado por la Banda de Música, puso fin a la procesión.
Por la noche, los cofrades de la Virgen de la Soledad y el Santísimo Cristo de las Cinco Llagas pudieron salir en riguroso silencio con El Cristo Yacente y La Soledad.