La reforma del cementerio de Guardo recupera la capilla
El corredor que une el pasillo central con el acceso secundario estrena adoquines recuperados de otros lugares del municipio
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Las miles de personas que han llegado este puente hasta el cementerio guardense para adecentar las tumbas de sus familiares fallecidos han podido contemplar la nueva imagen que ha ofrecido el camposanto.
Si bien es cierto que el pasillo central ya estaba acondicionado el pasado año, ahora se ha unido al adoquinado de paseos el corredor oeste, que une el pasillo central con el acceso secundario al camposanto.
El Ayuntamiento de Guardo ha invertido durante todo el verano y parte del otoño gran cantidad de horas en adecentar el olvidado cementerio municipal, en el que desde su construcción no se había acometido ninguna reforma, al margen de las ampliaciones interiores.
Los pasillos centrales del camposanto han sido adoquinados con varias subvenciones recibidas por el consistorio guardense, tanto del Plan de Convergencia Interior como de las contrataciones de personal del Plan Elco.
El alcalde de la localidad, Juan Jesús Blanco, ha destacado que «hemos utilizado adoquines recuperados de otros lugares de la localidad, que han sido sustituidos, además de los que habían sobrado de otras obras y teníamos almacenados en locales municipales», ha señalado, justificando así que el gasto en material no haya superado los 14.000 euros.
Contratación de personal
El mayor gasto de esta inversión ha sido el destinado al personal, que fue contratado con cargo a ambos planes, tanto el de Convergencia como el Elco. Las obras del cementerio han empleado a cinco personas durante 60 días a razón de siete horas al día, por lo que el gasto en personal ha rondado los 23.100 euros.
Cabe destacar que en esta intervención se ha actuado también en los aseos y la capilla del cementerio municipal, cuyo estado era lamentable hasta ahora y que se utilizaba más como almacén, al no estar apenas acondicionado.
La mayor parte de la gente consultada no conocía siquiera la existencia de los aseos, cuyo horario de apertura se anunciaba ayer en varios carteles a la entrada del camposanto.
Estas obras han sido bien recibidas por parte de la numerosa cantidad de personas desplazadas hasta el cementerio, que se sorprendían al no embarrarse al entrar al camposanto, como en años anteriores, en los que solamente se extendía una fina capa de grava en el pasillo central.