EN TRES MINUTOS «Correr la carrera de El Corte Inglés es algo único e irrepetible»
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
GUARDO. La joven Jaír García Llorente, de 23 años, vecina de Guardo, compitió junto a su madre el pasado jueves en la Gran Carrera de Oro de El Corte Inglés y obtuvo la tercera posición, con un premio de 1.000 euros. La prueba se celebró en El Corte Inglés de Sanchinarro (Madrid).
–¿Cómo se ha sentido al ser seleccionada para esta carrera tan peculiar?
–La verdad es que estoy muy orgullosa. No pensé que me fueran a seleccionar. Eché la papeleta de participación por aquello de ‘por si acaso, porque como nunca toca…’ Y, sin embargo, tocó. Cuando ya llegué aMadrid para concursar, lo tomé como una experiencia más.Voy a concursar, me decía. Y al final, terminé tercera.
–¿Cuál era su misión?
–Tenía que coger un artículo en cada planta obligatoriamente que no podía superar los 300 euros de valor y que tenía que estar en el catálogo de ‘Los días de oro’ que nos habían entregado la noche anterior. Si el artículo que compraba no estaba en los catálogos, quedaba descalificada, por eso me pasé toda la noche estudiándome los catálogos.
–¿Estaba en desventaja?
–Mi madre y yo éramos las únicas que no teníamos El Corte Inglés en la misma ciudad. Cuando al resto de concursantes les dijimos que El Corte Inglés más cercano lo teníamos
a cien kilómetros, en León, no se lo podían creer.
–¿Cómo calificaría la experiencia?
–La verdad que estaba muy emocionada. Las azafatas fueron muy amables y la organización fue inmejorable. No lo cambiaría por nada, porque solo se vive una vez en la vida.
–¿Qué es lo quemás le ha gustado?
–Haber disfrutado con mi madre la experiencia. Echamos dos papeletas y llamaron un día preguntando por mi madre. Ella tenía que cuidar de mi abuela, por lo que pidió que concursase yo, algo que la organización aceptó, a condición de que mi madre fuese mi acompañante.
–Concluyó la carrera la primera, ¿siguió alguna estrategia?
–Cogí un artículo en la tercera planta, de donde salíamos.A partir de ahí, intentaba elegir de la mejor manera posible los productos para perder el menor tiempo posible. No quise arriesgarme a gastar más, porque corría el riesgo de una compañera, a la que descalificaron por entrar dos segundos tarde.