El alcalde de Guardo confía en licitar en enero la construcción del ayuntamiento
Juan Jesús Blanco augura que la nueva Casa Consistorial se inaugure para las fiestas de San Antonio de 2012
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
El alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco, se mostró ayer orgulloso de poder poner fecha a las obras de construcción de la nueva Casa Consistorial del municipio, después de que el pasado 4 de octubre el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván, y el secretario de Estado de Energía, Pedro Marín Uribe, firmasen el convenio de colaboración específico para la ejecución del proyecto.
Este convenio prevé tres partidas presupuestarias, divididas en dos anualidades. En 2011 se recibirá una primera partida por el importe del 25% de la obra, lo que supondrá 1.419.259 euros, que junto a una segunda, del 50% (2.838.519 euros), sumarán un total de 4.257.777 euros en el próximo año.
Según avanza el alcalde, estas partidas presupuestarias hacen suponer que la obra debería estar rematada al 75%, con lo que la estructura y la mayor parte de los elementos visibles estarían terminados, quedando apenas detalles interiores y equipamientos por concluir.
En 2012, año en el que se espera que concluya la obra, el proyecto recibiría 1.419.259 euros, que se trata del 25% restante para concluir las obras de construcción del edificio que albergará la nueva Casa Consistorial, salones de actos y exposiciones.
Juan Jesús Blanco se mostró ayer optimista, pues desde su punto de vista y realizando los correspondientes cálculos, «podremos licitar las obras en enero y podamos tenerlo terminado para San Antonio del año 2012».
El Ayuntamiento de Guardo se derribó en marzo de 2007, aunque hasta la actualidad el municipio espera una partida presupuestaria segura que permita el inicio de las obras.
La Casa Consistorial de Guardo, sede de la corporación y de los servicios municipales, quedó reducida a toneladas de piedras, tejas y ladrillos el 20 de marzo de 2007, con Carlos Rojo como alcalde. La demolición del edificio, que databa de los años cincuenta, acabó con el derribo de la torre.