Los empleados de Carbones San Isidro llevan cuatro meses sin cobrar
El empresario lo niega y alega que los mineros no trabajan por solidaridad con los mineros de Velilla
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Los empleados de la empresa Carbones San Isidro y María, además de las subcontratas de la empresa, han protestado ayer por el impago de cuatro nóminas, desde mayo hasta agosto, sin tener visos de que, la correspondiente a septiembre, vaya a ser abonada en la fecha.
Estos empleados han recordado que, este año, ya sufrieron el impago de sus nóminas de enero a abril y «cuando en mayo la UGT amenazó al empresario, pagó, pero hasta hoy» comentaba ayer uno de los empleados de San Isidro.
Al parecer, el empresario de Carbones San Isidro, según han indagado los empleados, ha percibido del Ministerio de Industria más de un millón de euros en ayudas «por lo que queremos que a él también se le investigue, igual que a los grupos Alonso y Viloria, porque si no nos paga ¿dónde va ese dinero?» se preguntaban ayer los trabajadores, que prefieren ocultar su identidad por las amenazas de despido que sufren.
Después de la amenaza de los sindicatos en mayo, el empresario reunió a todos sus empleados y los amenazó con llevar a cabo un ERE «en el que os pongo a todos en la calle» según palabras de los empleados, quienes no están trabajando desde el pasado día 6 de septiembre «porque el empresario nos mandó para casa porque decía que tenía miedo de que nos hiciesen algo en los coches» comentaban ayer, a la vez que se preocupaban «porque no sabemos si estamos despedidos, en huelga, parados o de vacaciones» a la vez que mostraban su miedo «porque el empresario es capaz de presentarse con un notario y, cuando vea que no estamos allí, levantar acta y despedirnos a todos».
Sin actividad
El empresario, Ángel García Burgos, negó ayer en sus instalaciones en Guardo todas estas acusaciones y dijo que «nosotros no tenemos ningún problema de pago de nóminas como tienen los de Victorino y la situación de mayo ya está regularizada» informaba, a la vez que desmintió en un primer lugar haber ordenado él a sus obreros marchar para casa.
Después de llamar mentirosos a sus trabajadores en repetidas ocasiones, concluyó afirmando que «fui yo quien envió a los mineros a sus casas, en solidaridad con los compañeros encerrados en Velilla, porque no me parecía de recibo que ellos estuvieran protestando y nosotros trabajando», sentenció.
Ayer, en la mina San Isidro, situada en Velilla del Río Carrión, no había ningún tipo de actividad.