EN TRES MINUTOS «En un coche clásico sientes lo que es de verdad la conducción»
JOSE CARLOS DIEZ / VELILLA
Arturo Lago, de 54 años, es junto con José María Moreno, su copiloto, aficionado a los coches clásicos de Bilbao. Ambos tienen, cada uno un AC Cobra, réplica de 1977. Esta pareja ha participado en el 2º Rally de Clásicos de la Montaña Palentina.
-¿Qué les ha hecho venir de Bilbao a la Montaña Palentina?
-Somos conocidos de la organización. Decidimos venirnos porque nos tratan genial en la zona, aunque no pudimos estar en la anterior edición. Además, me encanta el tema de las carreras de clásicos y pertenezco a la organización del Rallystone en Bilbao y llevo desde 2002 haciendo carreras. Hoy corremos en la categoría legend, aunque yo habitualmente corro con un coche más rápido, un Renault 4 preparado para rally.
-¿Cualquiera puede tener un clásico?
-Ahora mismo, hay auténticas maravillas de coches que tienen 15 o 20 años y son coches que están a un precio muy asequible, como los Renault-8, Renault-4 o Seat-124, que ya de por sí son clásicos y que van a ganar valor con el paso del tiempo. Es un juego en el que no hay porqué perder dinero si sabes invertir en un buen coche.
-¿Cuánto cuesta un clásico?
-Los gastos dependen de cómo se hagan las cosas. Nosotros nos hacemos nuestra propia mecánica, el mantenimiento, engrase y todo lo que se hace en estos coches, así como las averías menores, que reparamos nosotros. Los gastos son menores que en el mantenimiento de un coche moderno. Las averías de reposición de material son muy caras, tienes que buscar las piezas en Internet o en la fábrica y sale caro, pero lo que es la mecánica normal es más barato que un coche de calle de hoy en día.
¿Qué ofrece un coche clásico?
Es la conducción en estado puro. La gente que no ha bajado una cuesta de un pinar al lado del pantano en un descapotable un atardecer no puede entenderlo. Un coche clásico tiene el encanto de que conduces una máquina que tú mismo has preparado y que tú controlas. Mi coche es un coche en el que no te subes, es un coche que te pones. Es volver a cuando tenía 18 años. Hoy en día, un coche, cuando aceleras, no lo aceleras tú, sino que mandas una orden a un ordenador. En estos coches sientes verdaderamente lo que es la conducción.