Guardo

La invitada que aguó la fiesta motera

Los organizadores se muestran satisfechos por la alta participación a pesar de suspenderse una ruta turística y el desfile de antorchas

La Concentración de Motos Lechazos celebra su vigésimo aniversario deslucido por la lluvia

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

No son pocas las experiencias, los buenos momentos y las anécdotas que se han vivido en los veinte años que lleva celebrándose la Concentración de Motos Lechazos, que el motoclub Villa de Guardo organizó por primera vez en 1990 con el objetivo de poner en marcha lo que hoy es una de los mayores eventos moteros de la provincia.
Algunas experiencias han llegado incluso a marcar la vida de alguno de los participantes, como el caso de Pedro ‘Chanclas’, que conoció a la que hoy es su mujer en la concentración guardense. Hasta la villa norteña, acude ahora, como cada año, con su madre, una mujer de 86 años que todos los años recibe el premio a la participante más mayor.
Pedro ‘Chanclas’ no es el único que ha encontrado pareja en Guardo, ya que entre setecientas personas que han participado este año, seguro que alguna historia más habrá surgido, si no de amor, al menos de amistad. Porque con gente llegada desde toda España, las vivencias son tan distintas y los viajes tan largos que las conversaciones entre moteros, dan para mucho.
«Vaya odisea hemos pasado en Pajares, no ha dejado de llover en todo el puerto, menos mal que aquí por lo menos hace sol», decían los asturianos que llegaron a Guardo esperanzados porque la concentración no se viese deslucida por la lluvia. Sin embargo, parece que alguna de las nubes que les aguó el camino les siguió el rastro y decidió acompañarles hasta Guardo donde hicieron patente su presencia a modo de chaparrón que obligó a suspender la ruta turística que iba a llevar a los participantes hasta la cercana localidad leonesa de Puente Almuhey. Mientras tanto, las carpas de los expositores y del puesto de inscripción, servían como refugio a los motoristas y a los visitantes. Finalmente, la lluvia dio una pequeña tregua para celebrar el espectáculo de freestyle, que se vio lamentablemente truncado por un accidente que sufrió uno de lo motoristas en el comienzo de la exhibición. Y otra vez la lluvia volvió a hacer acto de presencia y obligó a cancelar el desfile de antorchas, aunque sí permitió que tuviese lugar un concierto de rock.
La concentración de motos concluyó ayer con una ruta turística por los pueblos limítrofes que terminó con una comida de hermandad y el sorteo de regalos. Los organizadores se mostraban ayer satisfechos por la alta participanción a pesar de la presencia continua de la lluvia, que deslució algunos actos.

Compartir