Nueva larga vida
El edificio del silo de la antigua factoría de Explosivos Río Tinto comienza a desmontarse
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Uno de los edificios más altos de Guardo dejará este verano de verse definitivamente después de que esta semana hayan comenzado los trabajos de desmontaje de la estructura. Se trata de de los silos de la antigua factoría de Explosivos Río Tinto, que en su época fueron el almacén temporal de carburo cálcico y que ahora están siendo desmontados.
La actual propietaria de la estructura, la empresa de materiales de construcción Blancosil, ha vendido a Imeco, otra empresa de la zona, la estructura de los silos para un nuevo proyecto que está llevando a cabo, una planta de super-micronizado en la localidad de Villaverde de la Peña. Durante varios meses, se desmontará pieza a pieza la estructura, que será transportada hasta su nueva ubicación y, después de varias décadas, dejará de ser una de las edificaciones que conformaban la silueta guardense.
El polígono de Explosivos comenzó su actividad en la década de los cuarenta, cuando Unión de Explosivos decidió instalarse en Guardo, convirtiéndose en la primera industria química de Palencia. Desde entonces, hasta el anuncio de cierre de la factoría de Celanese, este complejo químico tuvo una continua decadencia y fue, poco a poco, abandonando edificios y reduciendo su actividad a los últimos en los que la desarrolló.
En el mandato municipal de 1995 a 1999, fueron varios los edificios que se dinamitaron para dejar paso a un nuevo polígono industrial, en el que hoy se han asentado decenas de pequeñas y medianas empresas. Incluso, algunas empresas mayores, como Latones del Carrión (ya cerrada) o Renecal (Reciclado de Neumáticos de Castilla y León), aprovecharon para asentarse en estos terrenos. Otras, como Blancosil, aprovecharon también algunos de los edificios que no habían sido derribados para utilizarlos como almacenes de materiales.
Ahora, un nuevo edificio de Explosivos verá su final en la localidad, aunque no se convertirá en un nuevo montón de escombros, sino que tendrá un nuevo uso.
Hasta el momento, las obras, que se prevé que acaben en agosto, han avanzado hasta desmontar parte de la caseta de distribución del silo, donde antes llegaban las vagonetas, el transporte neumático y el tubo de transporte de los materiales con diferentes métodos de transporte durante las más de sesenta primaveras que tiene el edificio guardense.