Guardo

Los ríos muestran su peor cara

Las crecidas del Carrión y del Pisuerga mantienen en alarma a los vecinos de varios pueblos

R. MARTÍNEZ Y J. C. DIEZ / PALENCIA-GUARDO

La espada de Damocles es una imagen que se utiliza para expresar la presencia de una amenaza o de un peligro inminente, y es la frase que utilizó ayer el alcalde de Saldaña, Miguel Nozal, para ejemplificar la preocupación que invadía a los habitantes de su municipio y del barrio de San Martín del Obispo, que se vieron amenazados por la crecida del Carrión.
«Nunca lo he pasado tan mal en los muchos días que llevo como alcalde, pendiente cada poco tiempo del caudal del río», manifestaba con cierta angustia el regidor local, quien en la mañana de ayer, ante la crecida del Carrión, dio aviso de la situación al director del colegio Villa y Tierra, ya que el centro se encuentra próximo al cauce. Finalmente, y como medida preventiva, ya que el agua aún no había llegado al colegio, se tomó la decisión de adelantar la salida de los alumnos.
San Martín del Obispo, un barrio de la localidad saldañesa que se encuentra a 1 kilómetro del casco urbano, es otro punto crítico de la zona. El desbordamiento de uno de los canales de riego y el anegamiento de la carretera de la Vega mantuvieron en alerta a los cerca de 130 vecinos de la zona, a cuyas casas llegó también el agua. Una mujer de Saldaña y otra de San Martín fueron evacuadas por sus familias ante el riesgo de la riada.
No obstante, los habitantes de la localidad saldañesa no fueron los únicos que vivieron ayer pendientes de la crecida del Carrión, ya que el cauce fluvial a su paso por los núcleos de Celadilla del Río y Villoldo se situaba en niveles de alarma.
Los problemas derivados de la crecida del Carrión se vieron acrecentados ayer en Guardo, donde la riada motivó el rescate de cinco vecinos, incluido el alcalde. Dos trabajadores de la Escuela Taller quedaron atrapados en su vehículo cuando regresaban al centro urbano y tuvieron que ser rescatados por los bomberos, quienes también participaron en el rescate de otras dos personas que no podían salir de la protectora de animales.

Regular sin avalanchas

«Solicitamos a la Confederación Hidrográfica del Duero un poco más de profesionalidad, porque si es el ente regulador, tendrá que mantener regulados los ríos, no provocar estas avalanchas de agua», criticaba ayer con vehemencia el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco.
El cámping El Edén de Carrión de los Condes fue una de las instalaciones de la localidad que quedó completamente anegada por la crecida del Carrión. Su propietario, Paco Sánchez, se mostraba ayer tremendamente disgustado, ya que hace apenas seis meses se había iniciado con mucha ilusión en el negocio.
El Pisuerga también mostró su peor cara en seis de las siete estaciones de aforo que la Confederación tiene en esta cuenca. Cervera y Salinas fueron los dos municipios donde el caudal del río se situaba por encima del nivel de alarma, mientras que en Aguilar, Alar, Herrera y Cordovilla, la situación era menos preocupante, aunque también de alerta. «Las previsiones de la Confederación no han sido las más adecuadas. La nieve y el deshielo han aumentado el nivel del pantano y además están desembalsando en mayor medida de lo que admite el caudal del río», reprobaba ayer Urbano Alonso, regidor de Cervera, localidad en la que los directivos de la residencia de mayores vivieron el sábado pendientes del río, aunque no hubo necesidad de evacuar a los internos.

Los bomberos rescatan al alcalde de Guardo de la riada

Vivir de cerca los acontecimientos y sucesos que rompen la monotonía de cualquier municipio puede traer consigo molestas consecuencias, especialmente cuando se habla de fenómenos naturales como son las riadas. Ante la crecida del caudal del Carrión a su paso por Guardo, que anegó varios parajes de la localidad, el alcalde del pueblo, Juan Jesús Blanco, acudió con su vehículo para comprobar el estado de las inundaciones que afectaban a las inmediaciones del matadero municipal. A pesar de que había subido la suspensión del coche, el regidor del PP se vio sorprendido por una avalancha de agua que desplazó su vehículo hasta la cuneta, lo que propició que Blanco se quedara atrapado en su interior. Los bomberos y la Polícía Local ayudaron al alcalde a salir del vehículo, mientras numerosos escolares del colegio Amor de Dios y otros tantos vecinos presenciaron la curiosa anécdota.

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