El Espigüete muestra su peor cara
JOSE CARLOS DIEZ | CARDAÑO DE ABAJO.
El marido de la fallecida, cuyo cuerpo será enterrado hoy en Badajoz, era uno de los nueve integrantes de la expedición
La montañera residente en Madrid murió de un politraumatismo al caer 300 metros al vacío
Lo que en principio parecía que iba a ser un fin de semana de ocio en la Montaña Palentina, se convirtió en una desafortunada jornada para los nueve montañeros madrileños que el sábado coronaron el pico Espigüete, ya que mientras descendían desde la cumbre perdieron a una de sus compañeras, Aureliana Matamoros Vega, una mujer de 42 años, madre de dos hijos y natural de Zahinos (Badajoz), que trabajaba como funcionaria en el Ayuntamiento de Madrid, ciudad en la que también residía.
Tres hombres y seis mujeres se embarcaron en la aventura de coronar la cumbre del Espigüete en un día en el que, según indicaron ayer los montañeros, «las condiciones eran adecuadas para subir, por eso emprendimos el viaje».
Pasadas las 15.30 horas, minutos después de haber alcanzado la cumbre, una de las mujeres, Aureliana Matamoros Vega, sufrió un resbalón en la nieve y se precipitó al vacío en un barranco en la cara noreste de la montaña, a unos 2.400 metros de altitud. Después de llamar a los servicios de emergencia, se activó el protocolo de rescate en montaña y los montañeros pudieron hablar con integrantes del Grupo de Rescate Especial e Intervención en Montaña de la Guardia Civil (GREIM), quienes les dieron órdenes concisas que los montañeros siguieron por su propia seguridad.
Una media hora después, llegó a la zona un helicóptero de la Junta de Castilla y León, que localizó a la montañera accidentada. Los rescatadores confirmaron el fallecimiento de la mujer, por lo que su cuerpo, todavía sin identificar, fue trasladado hasta el Tanatorio de Guardo.
La noticia no fue comunicada a los compañeros de expedición, que caminaban hacia el refugio situado en la cara norte-noreste, con el fin de que no se desalentaran y pudiesen llegar sin tener que lamentar más accidentes hasta el aparcamiento en el que comienza la ruta de Mazobre, punto de acceso a esta parte de la montaña.
Tanto las informaciones llegadas desde los servicios de emergencia como de la Guardia Civil apuntaban a que la niebla impedía la correcta visibilidad en la parte alta de la montaña, aunque los montañeros, aficionados experimentados, indicaron ayer que las condiciones eran buenas, salvo en determinados momentos muy puntuales.
Hacia las 21.45 horas, llegaron las primeras noticias hasta el aparcamiento. Un miembro del GREIM se adelantó al resto del grupo e informó a sus compañeros de que los montañeros habían aparecido en buen estado y que bajarían en media hora, ya que estaban recogiendo las cosas en el refugio.
Uno de los montañeros que bajaba en el primer grupo de los dos en que se dividió la expedición llegó en muy mal estado, muy nervioso y preocupado por el estado de la montañera accidentada. Este rescatado resultó ser el marido de la víctima, al que no se le comunicó la noticia de la muerte de su mujer hasta que le trasladaron el Centro de Salud de Guardo.
Unos veinte minutos después, llegó en otro todoterreno, el segundo grupo de rescatados, a los que los efectivos del GREIM tomaron los datos antes de volver a León, tras haberles comunicado la fatal noticia, lo que provocó gestos de dolor.
Pasado el mediodía de ayer, mientras se practicaba la autopsia a la fallecida, Susana y Andrés, compañeros de la víctima, acompañaban a Eduardo, el marido de Aureliana, que todavía se encontraba en estado de shock. Los dos montañeros agradecieron la rápida intervención de los servicios de rescate.
La autopsia desveló que, tras una caída de aproximadamente 300 metros, la fallecida murió a causa de un politraumatismo. El cadáver partió ayer de Guardo a las 18.15 horas con destino a Zahinos (Badajoz), de donde era natural la fallecida y donde hoy se celebrará el funeral a las 12.30 horas.