Siglo y lustro en un día
Claudia Martín, acompañada de familiares y acompañantes, ayer, tras la misa de cumpleaños.
Claudia Martín, la vecina más longeva de la provincia, celebra sus 105 años rodeada de toda su familia con una eucaristía en la parroquia
JOSE CARLOS DIEZ / VILLAOLIVA
Claudia Martín García cumple esta semana un siglo y un lustro, 105 años de vida, que le han hecho aprender constantemente hasta llegar a convertirse en la vecina más longeva del norte de la provincia.
Nacida en Viduerna, Claudia se trasladó a Villaoliva a los 9 años, de donde no ha vuelto a salir. Su madrina le dijo que si iba a vivir al pueblo, le quedaría la herencia para ella, y le privaría de este legado en caso contrario.
Durante su larga vida, Claudia ha tenido multitud de descendencia, aunque sólo le quedan cinco hijos vivos, a los que hay que sumar uno recientemente fallecido, Ignacio. Entre sus hijos vivos, se encuentran Primitiva, una misionera franciscana de María, que ha viajado por África y América, pero que lleva 21 años en el pueblo cuidando de su madre. Además, Victorino, Braulio e Irene también acompañan a su madre siempre que pueden acercarse al pueblo.
«Todos los días desayuna chocolate de Trapa o Valor», nos cuenta Primitiva de su madre, a la que califica de golosa. «Quizás por eso tenga una memoria tan buena como la de un elefante», reflexiona Irene, quien afirma que su madre «no se olvida de nada». Toda una vida dedicada al campo, en el que las anécdotas no son pocas, aunque no se recuerden y sea difícil entresacarlas.
Claudia es viuda desde 1988, cuando su marido, Clemente, oriundo de Santibáñez, falleció debido a una reacción a la vacuna de la gripe, según cuenta su hija, Primitiva, que en ese momento se encontraba en África y regresó para cuidar de su madre hasta hoy.
Si hay algo que realmente haga feliz a Claudia es, sin duda, el poder permanecer en su casa y no tener que mudarse a una residencia, según relatan sus familiares.
Tristemente, las relaciones sociales le resultan realmente complicadas a la centenaria y es que, su elevado grado de sordera, le impide entender a la gente, lo que provoca una primera impresión de sequedad, que desaparece en cuanto te muestra su sonrisa de agradecimiento.
Claudia, que celebró ayer su cumpleaños en este municipio donde ha pasado prácticamente toda su vida, estuvo arropada por todos sus familiares. A la celebración del aniversario, que se celebró ayer en la Iglesia de Villaoliva, asistieron multitud de familiares, a los que acompañaron el delegado territorial de la Junta en Palencia, José María Hernández; el alcalde pedáneo de Villaoliva, Pedro Lombraña; el alcalde del municipio de Santibáñez de la Peña, Julián Gutiérrez y el alcalde de Guardo, Juan Jesús Blanco.
