Media naranja en la Montaña
JOSE CARLOS DIEZ / POLENTINOS
59 mujeres llegaron ayer desde la capital de España hasta el pequeño municipio de Polentinos, en una de las multitudinarias caravanas que organiza Asocamu, una asociación dedicada a trasladar mujeres hasta todos aquellos rincones de la geografía española en los que abunda el número de solteros.
La caravana no estuvo exenta de dificultades, y las situaciones azarosas comenzaron ya en Madrid, donde la caravana tuvo que esperar más de una hora por dos mujeres a las que detuvo laPolicía por falta de papeles. Finalmente, ambas pudieron ttambién acudir hasta Polentinos para disfrutar de la lluviosa jornada, lo que obligó a cambiar algunos de los actos previstos, como un baño en el pantano.
El tiempo no acompañó, pero las semanas de trabajo que los vecinos del pueblo han dedicado a adecentar la localidad, se dejaron ver en las caras de las ilusionadas y admiradas mujeres, que al bajarse del autobús, fueron recibidas, con más de una hora y media de retraso y casi muertos de hambre, por el alcalde de la localidad, los medios de comunicación y multitud de vecinos y curiosos que no quisieron perderse la llegada de las mujeres.
Según datos aportados por la organización, las edades de esta caravana abarcaron todo el ámbito posible, desde los 18 de la más joven, hasta los 73 de la mayor. Si bien la media de edad se situó entre los 30 y los 50 años. Destacaban las mujeres de origen extranjero, sobre todo las sudamericanas. Entre todas, había menos de una decena de españolas. Como hecho llamativo, puede resaltarse que dos de los miembros de la organización, Venecia Alcántara y Manuel Gozalo, se conocieron durante la organización de una de estas caravanas, concretamente en la de Aravaca en 1995.
Las 59 mujeres, que bajaron del autobús a la entrada del pueblo, subieron la cuesta de entrada a Palentinos a pie, para llegar al centro de la localidad, donde les esperataba la totalidad de los vecinos. Fueron recibidas con un sonoro aplauso, al que las mujeres no dudaron en responder con frases como «unos hombres que los tienen bien puestos, con una buena planta y, al menos, guapos», según declaraba una de las participantes.
Los solteros del pueblo, entregaron un clavel a cada mujer llegada desde Madrid, a las que también aprovecharon a saludar con un par de besos en las mejillas.
Otra de las anecdotas del día fue la llamada de un inscrito de otra localidad, que preguntaba «¿dónde andais, que aquí no saben nada de la caravana de mujeres?». Resultó que el hombre había ido a Polientes (Burgos) en vez de Polentinos. Finalmente pudo acudir a la cita con las 59 mujeres.
Según las manifestaciones de las participantes, «éste es uno de los mejores pueblos a los que hemos acudido, porque aunque parece que te vas a perder en la montaña y que está dejado de la mano de Dios, te encuentras a hombres que saben vestir, elegantes y que saben tratar a las mujeres».
A medida que pasaba el tiempo y que la comida iba entrando para llenar a los comensales, el calor y la cercanía se iba haciendo notar, llegando a producirse las primeras cogidas de manos y los primeros besos. Pero no sería hasta el baile, cuando llegasen los primeros achuchones y los besos de mayor duración..
Y qunque hubo que suspender las actividades al aire libre debido a la lluvia, el ambiente no decayó y la alegía se dejaba ver en las parejas que se iban formndo, que a las 7 de la tarde ya llegaban a la decena. Muchos de ellos ya hacían planes de volver a verse pronto.