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EN TRES MINUTOS AIDA Y DAVID AGRAMUNT BAILARINES DE ‘¡MIRA QUIÉN BAILA!’ «Todo el mundo puede aprender a bailar»

David y Aida

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Nacidos en Valencia, Aida el 22 de junio de 1984 y David el 22 de mayo de 1985, han dedicado toda su vida a realizar el mayor de sus sueños, bailar. Desde que comenzase la emisión del programa ‘¡Mira quién baila!’ su reputación ha ido aumentando cada vez más y sus esfuerzos desde niños se han visto gratamente recompensados. El sábado participaron en Palencia en el Primer Campeonato de Baile de Salón Palencia Baila, organizado por Onda Cero y el Centro Deportivo Cronos.

-¿Cómo comenzaron en el baile?

-Aida: Yo empecé pronto a bailar. Nuestra madre es profesora de baile y danza. Nos viene un poco de familia.

-David: Una compañera de mi clase del colegio, que me gustaba, comenzó a bailar y entonces yo le seguí. Tengo que agradecérselo, porque he llegado hasta aquí por eso. Mi hermana se sacó danza clásica y yo me decanté más por los bailes de salón y competición.

-¿El programa televisivo les supuso un lanzamiento?

-Aida: Sí, claro. Es como todo. Cuando tienes promoción, vas para arriba y la televisión es una salida muy importante. Lo bonito de nosotros es que la gente nos conoce porque bailamos, por nuestro trabajo y eso es lo que nos llena. No nos conocen por críticas ni comentarios, sino por lo que hacemos, por nuestra pasión y nuestra vida.

-¿Qué dirían a la gente que no se atreve a empezar a bailar?

-David: Yo lo que digo es que, quien tiene vergüenza, ni come ni almuerza, y que se animen, que no hay nada imposible. Al que le guste bailar, como empiece, ya no va a dejar de bailar.

-Aida: Considero muy importante que la gente se de cuenta, con programas como ‘¡Mira quién baila!’, que todo el mundo puede aprender a bailar. Que pueden cambiar las aptitudes para el baile, pero mejor o peor, todo el mundo termina aprendiendo a bailar. El baile de salón es un deporte y es salud.

-¿El baile supone dedicarle toda la vida?

-Aida: Es muy importante, es un trabajo como otro. Es muy duro estar encerrados en la escuela, escuchando la misma música una y otra vez. El baile requiere también mucho esfuerzo y nos supone unas cuatro horas diarias de entrenamiento.

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