RAÚL GONZALO ENTERRADOR DEL CEMENTERIO DE GUARDO EN TRES MINUTOS
«Tengo un libro de reclamaciones sin estrenar»
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Raúl Gonzalo lleva más de catorce años trabajando como enterrador del cementerio de Guardo. Con cierta gracia se refiere a su puesto de trabajo como de director gerente del camposanto de la localidad de Guardo. Y en catorce años, se ha hecho cargo de cerca de un millar de vecinos de la comarca fallecidos, a los que ha dado sepultura.
-Su trabajo es un tanto ‘especial’, ¿cómo lo lleva?
-Un tanto especial sí que es, pero tienes que llevarlo con filosofía. Partiendo del respeto, se procura estar un poco alegre, y es que para llorar ya están los familiares. Además, si me desmorono allí yo también, apaga y vámonos. Por otra parte, es un trabajo para el que tienes que estar 24 horas disponible, como los bomberos, con los que también trabajo.
-¿Cómo ve la gente su trabajo?
-La gente ve a este trabajo como a alguien que tiene que estar rodeado de nieblilla y de colores grises. No se dan cuenta de que la muerte es una faceta de la vida, y que desde que nacemos comenzamos a morir. Y también tiene una parte positiva, ya que puedo ayudar a los familiares a encontrar el lugar donde yacen sus fallecido.
-¿Qué es lo más duro de su trabajo?
-Aguantar el tipo cuando ves a las familias sufriendo y llorando y, especialmente, cuando es gente joven, niños, o gente conocida, pero es ley de vida, ni más ni menos. Procuro poner a todo una guinda de humor, pero con mucho respeto, basta decir que tengo un libro de reclamaciones que aún no he estrenado.
-¿Siempre ha tenido este sentido del humor?
-La verdad es que sí. Antes de que hubiese tanatorio en Guardo, las autopsias se hacían en el cementerio, y pude y tuve que asistir a bastantes. Allí, con la forense y los expertos, se mantenía un ambiente muy distendido, con muy buen rollo y buen humor. Lo mismo se hablaba de la parte científica como se contaba un chiste.
-¿Y alguna anécdota curiosa?
-De esas varias. Por ejemplo, la de un hombre que al morir su hermano mandó tirar cohetes, o la de estropearse el coche de la funeraria y tener que esperar con los familiares en el cementerio hasta que se hizo de noche para ver si llegaba la funeraria. También el que le metan cosas al difunto en la tumba, además de una tarde en la que tuvimos cuatro funerales.
-¿Alguna vez ha tenido algún susto en el cementerio?
-He dado yo más sustos de los que me he llevado. Un día salía de un panteón que estaba preparando al anochecer y pasaba una chica joven al lado, que al ver a una persona saliendo de una tumba se llevó un susto que ¿Todavía recuerdo su cara!
-¿Qué cambios ha habido en estos años?
-Los muertos son los mismos, entre 60 y 70 por año, de todas las edades. Han cambiado la media de edad de los muertos, la cantidad de flores, los panteones o la cantidad de gente que acude al cementerio para acompañar. También han cambiado las técnicas de las autopsias. Me acuerdo de cuando ayudaba a la forense a abrir los cráneos con una sierra de mano.
me gustaria saber si algien podria decirme si la madre de una amiga mia que fue enterrada hace mas de 40 años aun esta en el cementerio de guardo
si me pueden informar pasaria nombre y apellidos y año de fallecimiento seria una alegria encontrarla para su hija gracias
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