Comarca

Mueren dos hombres al estrellarse su avioneta cuando despegaban en Cervera

Guardias civiles realizan una inspección ocular del lugar de los hechos.

Un vehículo todoterreno de la Guardia Civil, junto a la aeronave accidentada.

Los fallecidos, dos madrileños de 42 y 59 años, tenían la licencia de pilotos privados y habían volado por placer hasta la Montaña Palentina

JOSE CARLOS DIEZ / CERVERA

Como uno más de los numerosos fines de semana en que lo hacían, habían despegado del aeródromo civil de Casarrubios del Monte, en Toledo, para disfrutar de la que era su verdadera pasión: volar. Marcaron ayer el rumbo hacia la localidad de Cervera de Pisuerga, adonde habían guiado los mandos de la avioneta en otras ocasiones. Habían degustado un café en el Parador de Fuentes Carrionas junto al director del complejo tras aterrizar en una antigua pista utilizada contra los incendios forestales, y cuando se disponían a regresar a su punto de partida para llegar a comer a su casa, en la maniobra de despegue, cogida ya altura, al parecer la aeronave entró en pérdida y se precipitó contra el suelo, falleciendo en el siniestro aéreo sus dos ocupantes, Miguel Ángel García Domínguez, de 42 años, residente en Madrid, y Alfredo Alonso Merino, de 59, vecino de Coslada (Madrid).

Miguel Ángel y Alfredo, unidos por fuertes lazos de amistad y su afición al vuelo, habían sacado sobre las 10.30 horas la aeronave del hangar que tenía alquilado el primero en el Aeródromo Civil de Casarrubios del Monte. El avión, modelo VAN’S-RV4, con matrícula EC-ZNT, era propiedad de Miguel Ángel, un experimentado piloto, según se apuntaba ayer desde el aeródromo. Tenía muchas horas de vuelo, realizadas tanto en ese avión -de construcción amateur que había adquirido por piezas y montado bajo la supervisión de un ingeniero aeronáutico- como en un ultraligero, también de su propiedad, con el que había surcado toda Europa. Alfredo, que guardaba también su aeronave en el aeródromo, no le iba a la zaga, aunque tenía menos experiencia a los mandos de un aparato.

No tenían necesidad de ‘abrir’ un plan de vuelo -especificar en el aeropuerto el tipo de avión, los ocupantes, el combustible-, al tratarse Casarrubios del Monte de un aeródromo no controlado. Sólo habían dicho que iban a Cervera de Pisuerga -trayecto en el que iban a emplear poco más de una hora- y que, cuando volviesen, ya comunicarían su regreso -en caso de tratarse de un aeródromo controlado, si no se regresa a la hora prevista, salta un dispositivo de emergencia-. De ahí que ayer nadie supiese nada en Toledo hasta que la Guardia Civil comunicó el luctuoso suceso.

Vínculos familiares

La elección de Cervera como destino del viaje no era inusual. De hecho, ambos habían volado en varias ocasiones a la zona, de donde era oriundo Alfredo -su madre y su abuelo habían nacido en Ruesga y su última visita al pueblo fue hace quince días- y donde conservaba algún que otro familiar. A Miguel Ángel también le agradaba volar a la zona, según señalaban ayer en el aeródromo, y eran frecuentes sus comentarios sobre las calderetas que solían degustar allí con gente del municipio cuando posaban su aparato en tierras de la Montaña.

El comandante de vuelo, Miguel Ángel, y Alfredo, dueño de una empresa de rótulos en la capital de España, aterrizaron en una antigua pista forestal próxima en unos dos kilómetros al Parador Nacional de Fuentes Carrionas, y se dirigieron hacia el complejo, donde tomaron un café y charlaron con el director. Su intención era regresar al aeródromo de Casarrubios del Monte con el tiempo suficiente para desplazarse hasta Madrid -el aeródromo está en el límite de las dos provincias- y poder comer en sus domicilios.

Subieron de nuevo a la avioneta sobre las 14.40 horas e iniciaron la maniobra para el despegue, sin saber que aquél iba a convertirse en el último para ambos. Según comentaban ayer testigos presenciales, el aparato, cuando estaba cogiendo altura, entró en pérdida, realizó un giro sobre sí mismo y se precipitó contra el suelo, falleciendo en el suceso los dos ocupantes. Alguno incluso relató a la Guardia Civil cómo el avión, al parecer, podría estar efectuando una acrobacia para despedirse de los vecinos de la localidad, pero será la Policía Judicial del Instituto Armado y la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), dependiente del Ministerio de Fomento, quien, a través de las investigaciones pertinentes, aclaren si el suceso se debió a la entrada en pérdida de la aeronave -la corriente de aire del ala deja de circular y el aparato pierde sustentación- por la poca velocidad, el excesivo ángulo de despegue o los remolinos de aire por el terreno montañoso, o si el accidente se debió a un fallo mecánico.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron miembros de la Guardia Civil, del Grupo de Rescate de la Agencia de Protección Civil, los Bomberos de la Diputación de Palencia y efectivos del Servicio de Emergencias 112, que envió al lugar una UVI móvil.

Familiares de los dos pilotos fallecidos -entre ellos la mujer de Miguel Ángel, a quien su marido había llamado a lo largo de la mañana- se desplazaron en la tarde de ayer desde Madrid hasta Cervera de Pisuerga. Los cuerpos de Miguel Ángel y Alfredo fueron trasladados hasta el tanatorio de la localidad norteña, donde les fue practicada la autopsia. Al cierre de esta edición, los familiares agilizaban los trámites para regresar durante la noche a Madrid y poder proceder a su entierro.Miguel Ángel y Alfredo, los dos madrileños fallecidos ayer en un accidente aéreo ocurrido en la localidad palentina de Cervera de Pisuerga, poseían el título de pilotos privados, una licencia que se obtiene en un periodo aproximado de cuatro meses, tras superar ocho asignaturas teóricas y unas prácticas de 45 horas de vuelo, y que cuenta con la supervisión de Aviación Civil.

Compartir