Guardo

Un día para el recuerdo

El matrimonio homenajeado por sus bodas de oro, junto a su familia.

A la derecha, los mayores procesionan la imagen de la Virgen del Carmen./

Los mayores del centro sociosanitario honran a su patrona, la Virgen del Carmen, con una misa y un homenaje a un matrimonio que celebra sus bodas de oro

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Los mayores del centro sociosanitario de Guardo celebraron ayer la fiesta de la Virgen del Carmen después de intensos días de preparativos para honrar a la patrona. Ayer, llegó por fin el deseado día de la fiesta. A las 11 horas, los residentes, junto a los voluntarios que ayudan frecuentemente en el centro, iniciaron la celebración.

A esta hora, llegó al altar que estaba dispuesto en el patio Benito de la Plaza, párroco de la villa, que presidió la misa, en la que se realizó una ofrenda floral por parte de los mayores. En este emotivo acto renovaron las promesas que se hicieron Florentina Rodríguez Calvo y Tomás Loma del Amo cuando contrajeron matrimonio hace 50 años en Cornón de la Peña. Florentina reside temporalmente en el centro sociosanitario por motivos de salud y su marido acude todo los días a verla. Sus nietos les entregaron un ramo de flores y un regalo. Cuando el párroco finalizó la bendición final, los mayores se dirigieron a la calle para seguir la procesión que llevaban un año esperando. Cuatro integrantes de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen, representantes a su vez, varios de ellos, del centro de día de personas mayores, portaron la imagen por las calles que rodean el centro sociosanitario, seguidos por los residentes que se desplazan en silla de ruedas. Detrás se colocaron los válidos y los vecinos de Guardo que se unieron a la celebración.

Al término de la procesión, los costaleros bailaron ante la imagen mariana, mientras los asistentes entonaron una salve a la Virgen.

Posteriormente, de regreso al patio del centro, los mayores, acompañados por sus familiares, los voluntarios y un grupo de miembros de la asociación Adecas, pudieron disfrutar de los juegos populares que el personal del centro había preparado para ellos, entre los que se encontraban juegos de agua, diana, aros y el juego castellano por excelencia, los bolos. Para terminar la mañana, se celebró, también en el patio, una paellada que hizo las delicias de todos los comensales y en las que no faltó el ‘¿Vivan los novios!’, dedicado a Tomás y Florentina.

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