Decenas de transportistas colapsan las principales calles para festejar a su patrón
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Varios carteles anunciaban desde hace días que se aproximaba la fiesta de San Cristóbal a la localidad de Guardo, que siempre ha tenido gran cantidad de habitantes relacionados con el mundo del transporte. La fiesta, que se celebró el sábado, comenzó a las cuatro de la tarde con un partido de fútbol sala en el Pabellón Polideportivo, al que siguió una gran parrillada en la Plaza del Ayuntamiento, que pudo empezar a degustarse a las 18 horas.
Tras la merienda, todos los conductores acudieron a la misa que se celebró en la ermita de San Cristóbal, para después participar en el tradicional pasacalles con reparto de golosinas. Las calles de Guardo se vieron colapsadas por la gran cola de camiones adornados con flores y globos, a pesar de que estos habían dejado sus remolques estacionados y solamente desfilaban las cabezas tractoras de los vehículos.
A las 22 horas, dio comienzo también en la plaza del Ayuntamiento una verbena que, tras la cena de hermandad celebrada en el restaurante Tremazal, continuó a partir de la medianoche.
Los mas mayores de la localidad y los de mediana edad recordaban aquellos tiempos en los que los primeros camiones llegaban a Guardo, con gasógeno como combustible, para transportar el carbón de las minas y el primer camión de gas-oil que llegó a la empresa Antracitas de Velilla, que fue conducido por Valentín Gutiérrez durante los primeros años. Estos mayores, también recordaban los desfiles que se hacían en la época, con cabalgatas «que merecían la pena», comentaban algunos.