Guardo

Nacimiento y muerte de un ayuntamiento

Plaza del Ayuntamiento a principios de los años sesenta.

Luis de Felipe, el primer alcalde de Guardo de la democracia, toma posesión en 1979.

Escombros del Ayuntamiento de Guardo, ayer.

JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

La Casa Consistorial de Guardo ha acogido a ocho alcaldes hasta su derribo para edificar un nuevo edificio municipal

Guardo acaba de derribar la Casa Consistorial de piedra y ladrillo para edificar en su lugar un edificio modernista, cuyo diseño en nada recordará a lo que ha sido el ayuntamiento que se edificó en la década de los años cincuenta, aunque su diseño se pensó mucho antes. Porque ese viejo inmueble demolido también tiene historia.
Corría el año 1932 cuando el alcalde José Rueda, cuyo gobierno se ejercía desde el ayuntamientoviejo (lo que ahora es la Casa de la Juventud), consideró necesario edificar una nueva Casa Consistorial más amplia. Tres años más tarde, el pleno aprobó un crédito de 100.000 pesetas, poniendo como garantía de pago el monte Corcos.
Pero el comienzo de la Guerra Civil, un año después, paralizó la obra. Hubo que esperar a la decisión de Agustín Monge, el regidor que retomó la idea de edificar un nuevo consistorio, aunque no llegó a puerto. El proyecto tampoco salió adelante con Monge.
La llegada de Carlos Fernández Castaño a la Alcaldía supuso la aprobación del proyecto del nuevo ayuntamiento, realizado por el arquitecto palentino Cándido García Germán, según se recoge en las actas municipales. Las obras se subastaron el 27 de junio de 1956, siendo finalmente adjudicadas a Magín Perandones Franco, por un valor de 1.294.084 pesetas de entonces. El dinero fue pagado por completo por el municipio, ya que las promesas de ayudas del Estado y de la Diputación nunca se cumplieron. Pero los guardenses veían cumplidas las promesas de un nuevo consistorio, ya que las obras se iniciaron ese mismo año.
Pero no todo fueron buenas noticias, porque las obras de la que sería nueva sede de la corporación estuvieron paradas varios meses debido a problemas con la ubicación del edificio.
El 26 de octubre de 1960 tomó posesión de la Alcaldía José Coupeau Santos, que retomó el proyecto, al no caber ya la corporación en el antiguo consistorio, que, según relatan los vecinos que trabajaron en esta obra, tenía el suelo de tierra y la vivienda del alguacil en la misma entrada. El calabozo figuraba en el recibidor y en el piso superior, al que se accedía a través de unas escaleras demenciales, el salón de plenos se quedaba pequeño, al igual que la salita que se usaba como despacho del alcalde.
Año y medio después, el 18 de julio de 1962 llegó el gobernador civil a Guardo para proceder a inaugurar el nuevo edificio junto al alcalde, José Coupeau, que aún se encontraba al frente de la corporación, por lo se convirtió en el primer alcalde de Guardo que gobernó desde el nuevo ayuntamiento.
Durante el mandato de Jose Coupeau, en los años sesenta, Guardo pasó de tener apenas tres barrios, a casi los 12.000 habitantes (ha llegado hasta los 16.000). Por ello, en sendas sesiones, la corporación, compuesta por el alcalde y nueve concejales, de los que solo vive Coupeau, tuvieron que aprobar múltiples proyectos de ampliación de la villa, como la traída de aguas desde el embalse de Compuerto, el asfaltado de las calles o el nuevo edificio de Correos. También en estos años, desde el Ayuntamiento salieron múltiples cartas a Madrid para solicitar el Instituto de Enseñanza Media, que se implantaría en el edificio de La Casona, según recuerda el historiador guardense Jaime García Reyero. Durante este primer mandato en el nuevo ayuntamiento, también salieron adelante otros proyectos, como la Plaza de Abastos, la piscina o el campo de fútbol.
La casa del secretario en el nuevo consistorio se convirtió durante este mandato en oficinas, debido a la desproporción del espacio que ocupaba la vivienda, todo el ala norte del edificio. Asimismo, la planta baja fue reformada para dar cabida a la biblioteca, que ocuparía la planta baja de la torre, bajo el despacho del alcalde. También se reformó el ala sur, cuya fachada era la más famosa. En la planta baja se ubicaron servicios como la Guardia Local, junto con el calabozo y el Juzgado de Paz.
Tras la dimisión en 1973 de José Coupeau, entró como alcalde Isidoro Landáburu, que ejerció el cargo de manera provisional hasta el nombramiento de Luis de Felipe como regidor el 18 de junio de 1973. De Felipe estuvo en el cargo hasta 1979, siendo el primer alcalde elegido democráticamente en Guardo tras la muerte de Franco. En esas elecciones, Luis de Felipe se presentó por la UCD.
El alcalde atendió la petición de Julia de Prado, hija del que fuera alguacil del antiguo ayuntamiento hasta 1931, y colocó en el punto más alto de la fachada sur de la torre del ayuntamiento un reloj, cuyo funcionamiento se prolongó hasta el pasado sábado, día 17 de marzo del 2007, cuando se retiró para proceder a la demolición del edificio
Durante este mandato, varias personalidades pasaron por las dependencias municipales, como Fernando Suárez, ministro de Trabajo, que inauguró el Monumento al Minero. Asimismo, entre las cuatro paredes del ayuntamiento se labraron los proyectos del Hogar del Pensionista y la plaza de la Fuente, coincidiendo con la época en que comenzaron los desmontes en Guardo.
Tras la dimisión en 1979 de Luis de Felipe, se sentó en la Alcaldía Ismael Rodríguez, quien como trabajo prioritario cambió el instituto de La Casona al actual emplazamiento, debido a problemas estructurales en el primero.
Aunque no ejecutó ninguna obra en el edificio consistorial, sí que cabe destacar en su haber el cambio de la pavimentación de la Plaza del Ayuntamiento, incorporando una imagen del escudo de Guardo en el suelo, cuyo valor fue sufragado mediante la cesión de los sueldos de la corporación municipal con dicho fin.
Posteriormente, pasó al sillón Carlos Rebanal (del PSOE), quien no realizó ninguna obra en el edificio consistorial ni en la plaza, pero al que sí que se le debe destacar la renovación de todo el alcantarillado de la localidad, la creación de la Casa de la Juventud (antiguo ayuntamiento), la construcción del Pabellón Cubierto y la creación de la Casa de Cultura, adonde se trasladaría la biblioteca en 1986, con lo que toda la parte baja de la torre del ayuntamiento quedaría vacía.

Carlos Rojo, el último inquilino

En el primer mandato del actual alcalde, Carlos Rojo, las necesidades habían cambiado respecto a los años de construcción del ayuntamiento ahora derribado, por lo que se produjo la remodelación de las escaleras de acceso a la primera planta, la ampliación de la sala de acceso al despacho del alcalde y al salón de plenos, así como la reforma de la parte baja.
Rojo ha sido el alcalde que más años ha gobernado desde la implantación de la democracia (tres mandatos alternos), tanto con Alianza Popular como con el PP. Entre sus mandatos también han estado como gobernantes Evilio Morán y José Calderón (ambos del PSOE), y aunque Calderón no llevó a cabo actuaciones en la Casa Consistorial, sí que lo hizo Evilio Morán, quien reformó en su mandato (1991-1995) parte de la planta baja para adecuar una sala para el Ceas. Además, fueron los años en que llegó la informática, lo que obligó a cambiar la manera de trabajar de los funcionarios y agilizó los trámites municipales.
En los últimos veinte años, los servicios han crecido de forma notable, ya que comenzó el Ceas, empezó el centro de nuevas tecnologías y aumentó a trece el número de concejales. El número de funcionarios también se ha triplicado, argumentos todos utilizados por el regidor actual para justificar la necesidad de un nuevo ayuntamiento.

JAIME GARCÍA REYERO – ESCRITOR

«No fue una joya, pero era singular»

«Aunque el Ayuntamiento no era una joya de la arquitectura, no me ha gustado la idea del
derribo, porque es un edificio que ya tenía su historia. Era singular y emblemático, con una torre que no se veía por cualquier sitio. Tenía una originalidad que, en mi opinión, se podría haber conservado», afirma Jaime García Reyero.

JOSÉ COUPEAU INAUGURÓ EL AYUNTAMIENTO

«El nuevo proyecto no pega ni con cola»

«Las obras concluyeron durante mi mandato. Aunque me parecía un edificio horrendo, creo que hay otras prioridades en Guardo más importantes que la construcción de un nuevo ayuntamiento. No conozco muy bien el nuevo proyecto, pero me parece un estilo muy vanguardista que no pega ni con cola», señala el ex alcalde.

JOSÉ CALDERÓN CONCEJAL Y EX ALCALDE

«Yo también quise derribarlo»

«Es más importante dotar a Guardo de planes prioritarios antes que de un nuevo ayuntamiento, aunque reconozco que el que se acaba de derribar quedaba obsoleto y no era funcional. Voté a favor del derribo porque yo pretendí hacer lo mismo, aunque para ello no hubiera utilizado nunca los fondos
Miner», opina Calderón.

CARLOS ROJO REGIDOR ACTUAL

«Guardo debe estar a la vanguardia»

«Era un edificio de hace cincuenta años, sin ningún valor histórico o artístico, solo nostálgico. Debemos tener la vista en el futuro y no apalancarnos en el presente. Guardo debe proyectarse y estar a la vanguardia. Me he dado prisa en el derribo, porque una vez aprobado, ¿por qué no hacerlo cuanto antes?», dice el alcalde.

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