RUBÉN GARCÍA FUENTE MIEMBRO DE LA CUADRILLA ‘QUITANIEVES’ DE GUARDO EN TRES MINUTOS «Recibimos muchas quejas, pero hacemos lo que podemos»
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
Este joven guardense de 18 años ha sido contratado por el Ayuntamiento de Guardo para realizar las labores de limpieza de las calles de hielo y nieve tras el temporal sufrido el pasado miércoles, y cuyos efectos se han prolongado hasta el fin de semana, aunque en algunos puntos de la Montaña Palentina se dejaron notar también ayer.
-¿Cómo es para usted un día de nieve?
-Duro cuanto menos, aunque llevadero y entretenido. Mientras estás trabajando en quitar la nieve de las aceras, no hay lugar para el aburrimiento, pues siempre tienes algo que hacer.
-¿Cuánto llevan trabajando durante este temporal?
-Pues desde la noche del miércoles, cuando salieron las primeras cuadrillas. Yo he salido desde entonces todos los días, durante ocho horas diarias, desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, sábado y domingo incluidos. Como dije antes, es un trabajo muy sacrificado, pero cuando llevas un tramo limpiado y ves el resultado, obtienes una gran satisfacción.
-¿Qué pasos siguen a la hora de limpiar las calles?
-Acatamos las órdenes de Montse y Sito, nuestros encargados, que nos dicen cuáles son las zonas que tenemos para limpiar. Además, cuando hay algún problema en una determinada zona, ellos nos envían para subsanarlo.
-¿Reciben quejas de los vecinos?
-Sí, recibimos bastantes, aunque nosotros hacemos todo lo que podemos. Además, lo único que podemos contestarles es que nosotros vamos donde nos manden, y es que es la verdad. No podemos estar en todos los sitios a la vez.
-¿Cuáles son las zonas más complicadas para desarrollar su trabajo?
-Aquellas donde la nieve está calcada y donde la capa baja es sólo hielo, es donde más dificultades tenemos para avanzar.
-¿Ha vivido algún accidente personal o alguna anécdota especial en el tiempo que lleva trabajando?
-Sí, muy a menudo. Muchas personas sufren caídas a causa del hielo y vamos a ayudarlas a levantarse. Lo de las anécdotas ya es más difícil. Sí que hemos estado empujando algún coche que se ha quedado atascado por la nieve, aunque los verdaderos sustos nos los llevamos cuando vemos caer a nuestro alrededor grandes ‘chupiteles’ desde los tejados.