El largo camino de Entre Tizones
JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO
El grupo local de música folclórica ha llevado sus temas por las provincias de León, Valladolid y Palencia
Entre Tizones es el nombre de un grupo de música tradicional guardense cuya máxima es recuperar aquellos temas y sonidos de antaño, que aunque en ocasiones revolotean por la mente, casi nunca se acaban de recordar del todo. El grupo explica que su principal meta es que el público vuelva a conocer esas viejas canciones y se anime a cantarlas con ellos en los conciertos.
La historia de Entre Tizones comenzó cuando dos de los miembros empezaron a tocar en bodas para conseguir algo de dinero. Poco a poco se fue afianzando el dúo, al que se unieron posteriormente otros cuatro miembros con sus voces e instrumentos.
El acompañamiento musical utilizado por los integrantes de este conjunto es de lo más variado, ya que combina sonidos que emplean desde el melodioso violín hasta el más sonoro tambor, pasando por guitarras, laúd, piano, congas y panderetas. Además, incorporarán próximamente una gaita y una zanfoña para acompañar sus recitales, que aunque en esta época están protagonizados principalmente por temas navideños, por lo general tienden a ser de folclore castellano.
En su andadura, los integrantes de Entre Tizones han vivido las más variadas anécdotas, como olvidarse los pies de los micros en casa y tener que volver desde 60 kilómetros a buscarlos, o tocar sin equipo por culpa de una tormenta. En aquella ocasión, recuerdan, uno de los miembros del grupo recibió una descarga eléctrica, pero no fue grave. Otra vez, el problema fue que el lugar donde actuaban no tenía conexión eléctrica y tuvieron que enchufar el equipo en una casa particular.
Y aunque han actuado en los lugares más pintorescos, les encanta sentir el ambiente de los auditorios y teatros, donde dicen disfrutar verdaderamente de su labor.
Así, durante los últimos dos años, los seis miembros del grupo han recorrido las provincias de León, Valladolid y, por supuesto, Palencia, en las que se han sentido plenamente acogidos. Aunque, quizás, lo que más lamentan es que nunca han sido contratados por el Ayuntamiento de Guardo. Por eso dicen sentirse «inmigrantes en nuestra tierra», aunque sí han tocado en el Centro Socio-Sanitario o el Centro de Día de Personas Mayores.