Comarca

Un tren de Feve sufre una avería al chocar contra una enorme piedra

Los viajeros se disponen a subir al autobús.

FALTA FOTO – JOSE CARLOS DIEZ / GUARDO

Siete pasajeros tuvieron que continuar el viaje hasta Bilbao en un autobús fletado por la empresa ferroviaria en Puente Almuey

Un tren de Ferrocarriles de Vía Estrecha (Feve) que salió de León a las 14 horas de ayer con destino Bilbao quedó detenido en la localidad leonesa de Puente Almuey, población cercana a Guardo, al haber colisionado con una roca de grandes dimensiones que se hallaba en la vía y que provocó serios daños al convoy ferroviario, aunque no hubo que lamentar daños personales, ya que ninguno de los pasajeros que viajaban resultó herido.
El percance se produjo sobre las 16 horas de ayer cuando el tren de Feve acababa de salir de la estación
de Puente Almuey, sin que pudiera sortear el enorme pedrusco que se hallaba en la vía por la que circulaba.
Según las primeras investigaciones y el testimonio de responsables de Feve, la piedra fue presuntamente
colocada de forma intencionada en la vía, ya que en el punto en el que se hallaba no existe ninguna ladera por la que pudiera haberse deslizado. La pieza del tren deteriorada ha dejado una gran señal en el raíl, debido al choque con la piedra.

Destrozos

Como consecuencia de la colisión, el convoy ferroviario se vio obligado a regresar a la estación de Puente Almuey con numerosas dificultades técnicas, ya que la tubería de aire y parte del sistema de frenado se encontraban destrozados. Una vez en la estación, los siete viajeros desalojaron los vagones para continuar el viaje en el autobús que fletó la empresa. De los siete viajeros, uno tenía como destino La Espina (León), mientras que los otros seis se dirigían a Bilbao para pasar la Nochevieja con sus familiares. El autobús les llevó hasta Mataporquera, donde se realiza el cruce de los trenes León-Bilbao y viceversa, donde ya pudieron continuar el trayecto en otro tren de Feve. Desde la estación de Mataporquera salieron también en autobús los viajeros procedentes de Bilbao hacia León para tomar el tren en Cistierna para evitar la vía accidentada.
El suceso, que afortunadamente solo quedó en un susto para los viajeros, tuvo también su parte anecdótica y amable. Dos vecinas de Balmaseda que viajaban en el ferrocarril siniestrado y que no se conocían pudieron entablar conversación tras conocer su destino común. Los comentarios sobre el origen de la piedra y los motivos por los que se encontraba en ese lugar también sirvieron para mitigar los minutos de espera hasta que viajeros y horarios recobraron la normalidad.

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